Cuestión de confianza
| BARCELONA / MÁLAGA Actualizado: GuardarTocar y tocar. Atreverse a dar el balón al compañero aunque tenga un rival encima, soltarlo al primer toque si es necesario, siempre al pie. Valentía para driblar en zona de peligro, sin frivolidades. Repartirse el campo de forma casi militar para favorecer esa circulación de balón. Posesión, sí, pero sin aburrir, viendo claro el momento de desbordar. Combinar el fútbol horizontal, un defecto en el Barça de los últimos años, con el vertical. Presionar al rival muy arriba para robar el balón lo más cerca posible de la portería rival y, por consiguiente, del gol. Líneas muy juntas. La defensa adelantada para que el enemigo no pueda maniobrar...
Sólo son algunos de los conceptos básicos de este Barça campeón. Parecen elementales, seguramente otros equipos también los trabajan, pero sólo el de Guardiola es capaz de ejecutarlos a la perfección. ¿Por qué? Cuestión de confianza, la que el técnico de Santpedor ha inculcado a sus jugadores tras muchas horas de ensayos. Son futbolistas, eso sí, con una calidad excepcional, con un privilegiado dominio del balón. Pera hasta ellos necesitan creer en lo que hacen. Todos dudaron tras las derrota en Soria en la primera jornada, hasta Guardiola, pero hicieron frente común para mantener las ideas y el estilo. Y llegaron los goles. Y el 2-6 en el Bernabéu. Y el título. Y luego el trébol.
El Málaga volvió a la elite por sus fueros. En su regreso a Primera sorprendió con un juego atrevido y eficaz que le mantuvo con opciones europeas hasta casi el final. Con una plantilla modesta, formada en su mayoría por jugadores procedentes de Segunda, fue capaz de brillar ante los adversarios más poderosos gracias, entre otras cosas, a un excelente trabajo de Antonio Tapia, un técnico que abandona la entidad después de un año exitoso. Tras superar un proceso concursal, el Málaga afronta ahora una etapa austera, pero con unas perspectivas deportivas halagüeñas.