Momo grita y celebra el tanto de Añibarro en propia puerta, que sirvió para abrir el marcador. / JUAN CARLOS CORCHADO
Deportes

Tres pasos más hacia la gloria

El Xerez cumplió con su trabajo y ahora tendrá que esperar la victoria del Celta para celebrar el ascenso

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Sólo queda esperar. El Xerez Club Deportivo hizo ayer lo que debía, abrió sus alas, cogió carrerilla y dio tres pasos justo antes de alzar el vuelo hacia la gloria. El ascenso es prácticamente un hecho y así se celebró en Chapín, que no pudo agarrar más la euforia contenida durante casi 62 años y festejó por todo lo alto un triunfo que prácticamente le da el ascenso al conjunto xerecista. Ahora, los hombres de Esteban Vigo están virtualmente en la categoría de oro del fútbol nacional, pero tendrán que esperar hasta las dos de la tarde para conocer el resultado final del partido Hércules-Celta. Y es que toda la marea azulina empujará desde tierras jerezanas y cambiará el azul xerecista por el celeste celtiña para que el conjunto gallego dé la sorpresa en el Rico Pérez y derrote a los de Mandiá. Sólo ese resultado servirá para soltarle las riendas a un xerecismo ansioso por celebrar su primer salta a Primera División.

Y la fiesta puede llegar esta tarde gracias a que Esteban Vigo y sus hombres cumplieron perfectamente con su trabajo al imponerse con rotundidad al cuadro vasco.

Los armeros vinieron a Chapín a por el empate -pese a que el punto no les valía absolutamente para nada- y volvieron a casa con un saco de tres goles y con un certificado que les envía directamente al pozo de Segunda División B. El Eibar es el segundo equipo que cae en el coliseo jerezano -ya descendió en Chapín el Sevilla Atlético varias semanas atrás-, y lo cierto es que lo hizo con total merecimiento, pues no supo o no quiso nunca buscar el resultado. Era curioso ver a los de Josu Uribe defender un 0-0 que no les valía absolutamente para nada, pero quizás esos típicos maletines de los que todo el mundo habla, pero que nadie ve, expliquen el planteamiento armero.

Es cierto que la primera parte de los xerecista no fue brillante, pero ni mucho menos se puede calificar de mala, pues el mejor del Eibar fue Xabi. El portero visitante tuvo una tarde espectacular a pesar de encajar tres goles. Ayer debutaba, disfrutaba de sus primeros minutos, pues normalmente juega cada domingo en Tercera División, pero haciendo partidos como el que ayer dejó en Chapín tardará poco en subir de categoría. Él solo fue capaz de frenar la arrolladora salida de los azulinos. En sólo cinco minutos tuvo que detener los disparos de Abel, Francis y Carlos Calvo.

En esa primera parte el juego fue todo lo fluido que permitía la telaraña armera, pero aún así el goteo de ocasiones fue incesante. Moreno dio continuidad a los frenéticos primeros cinco minutos. El valenciano buscó el que pudiera o podría ser el gol del ascenso con una media vaselina que por poco sorprende a Xabi. El portero despejó a saque de esquina y el rechace del balón que salió desde el córner lo recogió Abel de volea. El muro Xabier repelió de nuevo.

El medio centro sevillano volvió a ser un magnífico director de orquesta y el epicentro del fútbol azulino. Siempre aparecía en la zona de creación, siempre se movió entre líneas y casi siempre creó peligro en las jugadas a balón parado, de las que fue dueño y señor. Bergantiños y Silva estuvieron muy cerca de abrir el marcador rematando las jugadas de estrategia, pero las imprecisiones o Xabi desmoronaban el tanto.

Al filo de la media hora, el colegiado no dio validez a un tanto de Bermejo a pase de Momo por un presunto fuera de juego cuando el cántabro ya corría a celebrar el gol.

A pesar del muro armero, los azulinos no desesperaban, probaban por todos los flancos y como no encontraban el camino del éxito comenzaron a probar desde larga distancia. Mendoza lo intentó en un par de ocasiones, pero nunca encontró puerta. A Abel sólo le bastó una para ponerla, con un disparo seco y duro, en la escuadra, pero allí que volvió a aparecer la mano de Xabi que voló para enviar al enésimo saque de esquina. Así se llegaba al descanso sin que el Eibar hubiera salido prácticamente de su campo. Chema había aparecido de manera testimonial, pues prácticamente no tocó el cuero.

La segunda parte arranco de manera muy similar a la primera, pero las ocasiones de Bergantiños y Mendoza no sirvieron para abrir el marcador. Tuvo que ser Añibarro, con un tanto en propia puerta, el que abriera la lata armera. Momo soltó la línea de cal y buscó una internada por el centro. Antes de entrar en el área y cuando el túnel más se cerraba, se apoyó en Abel. El sevillano trató de picársela al corazón de área y allí el central del Eibar la pifió mandándola al fondo de su propia portería. El tanto llegaba antes de que se cumpliera el minuto diez de la segunda parte, y sólo esa autobofetada sirvió para espabilar ligeramente a los hombres de Josu Uribe. Alaña salió de la cueva y dio un sustito con un gran cabezazo que Chema se vio obligado a despejar a córner. Fue de las pocas acciones ofensivas que apenas llegaba a defender los ataques xerecistas. Y es que una vez abierta la lata, los azulinos continuaron buscando el tanto de la tranquilidad. A punto estuvo de lograrlo Momo con un libre directo cargado de fuerza y precisión, pero entre el incansable Xabi y el palo evitaron que el canario mojara.

Ni los postes ni la defensa armera pudieron impedir que Mario Bermejo ampliara su cuenta anotadora. El delantero cántabro inyectó una importante dosis de tranquilidad para los corazones azulinos con un tanto de perseverancia. El gol nació en un saque de esquina que, tras varios toques de cabeza dentro del área, remachó súper Mario al fondo de la portería visitante.

El segundo dejaba prácticamente sentenciado el duelo y a pesar de que fue entonces cuando Uribe sacó todo su arsenal ofensivo, el Eibar sólo tuvo capacidad para inquietar a Chema con un disparo casi desde cuarenta metros de Sutil que el portero xerecista frenó despejando el esférico por encima de la portería del Deportivo.

Sí habría más goles, pero sería otra vez en la portería del Eibar. El último -seguro, el más bonito de la tarde- desató la locura en el municipal jerezano. El tanto surgió de una preciosa triangulación nacida en el círculo central. La jugada se fue desplazando hacia la izquierda y culminó con un remate de Brian Currito Sarmiento. El joven argentino llegó desde atrás y metió la puntera los justo para sorprender a un Xabi que ya bajaba los brazos por puro agotamiento.

Y es que Chapín estalló en mil tonalidades distintas del azulino xerecista estrenando cántico, pues debutaba en la historia del Deportivo aquello de «¡A Primera!», y por supuesto, «¡Adiós a Segunda, adiós!». Eran veinte mil los que no querían despertar del sueño, pero si el Celta pone de su parte, sólo habrá que abrir los ojos y ver como el cielo se tiñe de azulino.