¿A que a ésta va a ser?
Actualizado: GuardarEmbriagado aún por el espectáculo futbolístico vivido en Chapín, y sobre todo por el espíritu que la afición deja latente cada fin de semana en el municipal jerezano, la cabeza de todos los xerecistas rumian la misma idea: «¿A que a ésta va a ser de verdad?». Y es que son muchos años ya, desde 1947, como para que podamos disfrutar, aunque sea sólo un año -estoy seguro de que serían muchos más-, de la mejor Liga del mundo.
Ya forma parte del pasado aquella campaña de finales de los 80, con Irulegui en el banquillo azulino. También se evapora en la mente la temporada de Schuster y el bajón del año de Lucas Alcaraz. Será la memoria del fútbol que es así de corta, pero ayer noche (bastante noche, por cierto) se pudo ver a una afición que ya siente la Primera. Y sí, es diferente. Es tan diferente que se va a sentir el paso a la Liga de las estrellas desde el sofá de casa o la barra de un bar. Tenemos que ser peculiares hasta para eso, diga usted que sí. Aunque mejor conseguir el ascenso en un bar que no desde los despaches, ya me entienden.
Y es que no es de mérito que la marea azulina (la del exilio en Sanlúcar y San Fernando, la de los impagos, la de presidentes innombrables, pero también la de los desplazamientos a Motril, Sevilla o Córdoba del pasado año) haya tenido que celebrar eso que llaman ascenso virtual. Lo que yo vi en la cara de muchos, algunos ya bastante cantuditos, no era nada virtual, era muy real. Y la realidad dice que el Xerez es el mejor equipo de Segunda, que va a ser equipo de Primera y que se va a codear con los mejores conjuntos del fútbol mundial, con sus figuras mundiales y cracks mediáticos. La realidad me dice que la LFP ha sido cruel con el xerecista, por disfrutar de su momento desde la barra de un bar y no en el césped de un coliseo, parte de la gloria azulina.