James Turrell, psicólogo, geólogo, astrónomo, matemático y primer arquitecto de la luz
| CÁDIZ Actualizado: GuardarLa formación de la realidad y la objetividad son cuestiones esenciales que están siempre presentes en el trabajo de James Turrell (Los Ángeles, 1943). Sus obras buscan afectar la capacidad sensitiva del receptor variando los estímulos. Su arte ha sido calificado de abstracto, a veces incluso de minimalista, por su tendencia a eliminar cualquier referente objetual. Las obras más conocidas de Turrell son esas habitaciones iluminadas, donde el color hace perder la noción del espacio, pero a veces se acerca al Land Art (Tierra Arte).
La corriente, que surgió a finales de los sesenta, se caracteriza por la particularidad de utilizar espacios naturales que son transformados por la acción del artista. El Land Art forma parte de esas corrientes que intentan desvincularse de galerías y museos. Dentro de esa intencionalidad, Turrell destaca por su fijación por la luz como el material capaz de implementar la sensualidad que emana del «interior del ser humano» y, por defecto, la vivencia placentera y la reflexión que han de derivarse de esa experiencia. Para sus obras, Turrell aplica sus conocimientos de matemáticas, psicología, historia del arte, geología y astronomía. Como referente, la excavación del interior del Roden Crater.
En 1966, James Turrell alquiló un antiguo hotel en Ocean Park (California) para utilizarlo como estudio y espacio expositivo; estableció nuevos huecos en las paredes y techos, controló la luz abriendo y cerrando las persianas, hizo que los rótulos de neón de las tiendas, los semáforos y los faros de los coches fueran parte de su obra. Sin duda, la experiencia en Mendota Hotel es fundamental para comprender la forma en la que este artista extraordinario convierte la luz en una cosa, jugando con las sombras y obligando al público a llegar a otra percepción.
A finales de los sesenta, Turrell trabajó en el Art & Technology Program de la Universidad de California, en colaboración con Los Angeles County Museum, lo que le permitió conocer al psicólogo Edward Wortz, que había estudiado los cambios en la percepción experimentados por astronautas en el espacio exterior. Investigaron ciertas técnicas de privación sensorial, situando a los sujetos en un espacio insonorizado con un campo visual homogéneo, y también emplearon máquinas EEG para medir las variaciones de las ondas cerebrales; estaban interesados en los llamados ritmos alfa, ondas cerebrales que se liberaban básicamente cuando el individuo estaba meditando. A partir de ahí, su obra cobró una dimensión distinta, que aún explora.