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Obama cruza con la chaqueta al hombro una de las pistas de Las Vegas durante una visita realizada esta semana. / REUTERS
MUNDO

Obama censura la expansión israelí

al reclamar el fin de los asentamientos hebreos, que insisten en rechazar la existencia de dos estados

JUAN PABLO NÓBREGA
| NUEVA YORKActualizado:

La decisión del Gobierno de Benyamin Netanhayu de continuar con su política de asentamientos en territorio palestino pesó ayer como una losa en el encuentro que mantuvieron en la Casa Blanca Barack Obama y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. De poco sirvieron las advertencias de los últimos días, tanto del mandatario como de la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, que habían hablado alto y claro sobre la necesidad de que Israel pusiera fin a su particular colonización de Cisjordania. «No más asentamientos, no más puestos avanzados, sin excepciones sobre el crecimiento natural», insistió Clinton, quien subrayó que su Gobierno no iba a dejar de presionar sobre ese asunto.

Sabedor de que las tesis de Abbas saldrían reforzadas en Washington, el portavoz del Gobierno israelí, Mark Regev, manifestó poco antes de la entrevista de ayer que el futuro de las colonias se decidirá en las negociaciones de paz con los palestinos. El único matiz establecido hasta ahora por Netanyahu ante las presiones poco habituales de la Administración norteamericana es que su país no autorizará la construcción de nuevas colonias, pero que permitirá el crecimiento natural en las que ya existen: «No hay manera de decirle a la gente que no tenga hijos o de forzar a los jóvenes a que se separen de sus familias», según el primer ministro.

Estados Unidos cree que la postura del líder judío supone un paso atrás en la línea marcada por anteriores gobiernos israelíes. En la práctica, Netanyahu rechaza la hoja de ruta no sólo por su visión expansionista en materia de asentamientos sino porque no está dispuesto a firmar -y así se lo hizo saber a Obama- la denominada solución de los dos estados.

Ante la nueva postura israelí, Abbas se presentó ante Obama con una estrategia de máximos y rechazó reiniciar las estancadas negociaciones de paz hasta que Israel se comprometa a la creación de un Estado palestino y detenga la expansión de los asentamientos. El líder palestino, a quien le ha tocado lidiar con peores envites lanzados por Israel, mostró un mensaje moderado, sabedor de que con el nuevo Ejecutivo de Tel Aviv las relaciones no van a ser fáciles. «Realmente tenemos una buena oportunidad de avanzar y lograr una paz general en la región. No necesitamos reinventar la rueda», aseguró.

Relaciones con los árabes

Abbas busca la reedición del plan saudí de 2002, que ofrecía normalizar las relaciones entre árabes y hebreos a cambio de que Israel devolviera los territorios ocupados en 1967. EE UU ha pedido a los 22 miembros de la Liga Árabe una versión de este plan que sea aceptable para Israel. Pero las reticencias de Netanyahu bloquean cualquier esfuerzo de paz. Abbas ha puesto como condición irrenunciable para negociar que Israel acabe con los asentamientos. Por otra parte, la Casa Blanca también necesita que el Gobierno del presidente palestino en Cisjordania se fortalezca y se vuelva más efectivo. Paradójicamente, para alcanzar esa situación la colaboración de los israelíes es clave. «Los palestinos necesitan mayor libertad de movimientos para impulsar la actividad económica en Cisjordania, pero ante todo, necesitan que los asentamientos dejen de construirse y expandirse», señaló un responsable del Departamento de Estado.

Obama trasladó ayer a Abbas su apuesta por la fórmula de dos estados. La reunión con el líder palestino es la tercera de las cinco previstas para buscar una solución a un conflicto que dura más de medio siglo. El líder norteamericano se ha entrevistado ya con el rey de Jordania y con Netanyahu. La semana que viene rendirá visita a Arabia Saudí y Egipto, donde tiene previsto lanzar un mensaje al mundo musulmán. Se espera que esta gira también contribuya a relajar las tensiones de los últimos años con Irán.

Respalda a los palestinos en su cita con Abbas