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Los portuenses vuelven a lo más alto de las listas de ventas con nuevo álbum. / LA VOZ
Sociedad

No sólo guapos

Melocos se reivindica como mucho más que un grupo para adolescentes con su segundo disco, 'Somos'

D. P.
| CÁDIZActualizado:

Que el mercado es muy perro y el marketing manda. Vale. Que toca posar para la portada de una revista absurda que dedica su página cuatro a explicar Diez maneras de comerle a tu chico la oreja sin pillar una infección. O.K. Que en las fotos hay que poner cara de ser el rompebragas del barrio (verbi gracia, la suculenta imagen que ilustra este reportaje).Vale. Los chicos de Melocos saben que grabar discos y salir de gira con ciertas garantías de subsistencia, en la España de 2009, obliga a pagar un peaje. El suyo es lidiar con el fenómeno fan, hacer equilibrios entre el agradecimiento a esa histérica chiquillería que los idolatra y la tentación de rendirse a la etiqueta fácil y siempre rentable (aunque perecedera) de Grupo para adolescentes.

De momento, «con los pies en el suelo, hartos de currar y sabedores de lo que nos jugamos como músicos en un segundo disco», apuestan en Somos por un sonido ecléctico, «maduro, que presta más atención a los matices», y por unas letras que «responden a un momento distinto» y a una «evolución de nuestro lenguaje».

Gonzalo Alcina, guitarra del grupo, lo resume de una forma muy sencilla: «Después de un primer disco que pega, como el nuestro, y que consigue que nos abramos un hueco en el panorama nacional, ahora llega la verdadera prueba de fuego, el trabajo con el que un grupo logra consolidarse o no, y que es toda una declaración de intenciones».

Para Jaime Terrón, la cara más mediática de la banda, «toca enfrentarse al tópico, sobre todo en el directo, y demostrar que nuestras canciones merecen una oportunidad independientemente de cómo nos cataloguen los que nos han escuchado, o los que se limitan a ver en la portada del disco a cinco tíos más o menos guapetones y a decir: paso».

Somos, producido por Fernando Montesinos, es una colección de canciones que van desde el power-pop con riffs rocanroleros a ciertos apuntes brit, pasando por algo de reggae-ska, temas de construcción clásica, ritmos muy potentes que se alternan con baladas con orquesta...

«Durante la gira del primer disco, que acabó en octubre, evolucionamos mucho a nivel técnico, y eso se nota: el disco está tocado y cantado con una precisión y una contundencia que dejan bien claro que nos lo hemos currado y que el rodaje con el primer álbum nos ha venido de perlas», explican.

Pasito a paso

Ahora andan cerrando fechas para este verano. «Las crisis ha tocado a los ayuntamientos, pocos tienen cerrado el presupuesto estival, y eso se nota», afirma Gonzalo. Aún así la cosa marcha «pasito a paso». Para la banda, el directo es importante: «En estudio tienes que dejarte orientar un poco por la compañía; en la promoción, y en cuestiones de estética, también; pero en el directo la cosa se reduce a cinco músicos con ganas de hacerlo bien, el equipo técnico y su público. Tenemos más libertad y creo que eso le da a nuestras actuaciones un puntito diferente», argumenta Jaime.

A pesar de la «paliza de la promo» (ayer tocaron en Madrid, hasta las seis de la mañana), los chicos de Melocos siguen empeñados en «conseguir un sueño que, en realidad, no ha hecho más que empezar: vivir de la música, contar nuestras historia, tocar». dperez@lavozdigital.es