Premio a la salud

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha obtenido el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, fallado ayer en Oviedo por un jurado presidido por el jurista Antonio Garrigues Walker, que ha reconocido su capacidad como organismo especializado de Naciones Unidas para «desempeñar una función de liderazgo en los asuntos sanitarios cruciales, en un contexto mundial de transformación».

El jurado ha considerado, además, su capacidad de «configurar la agenda de las investigaciones en materia de salud, establecer normas y articular políticas que aúnen principios éticos y científicos, además de prestar apoyo técnico a los países que lo necesiten». La OMS está integrada por 193 Estados miembros y 2 asociados. Entre sus mayores logros, el acta del jurado destaca «la erradicación de la viruela; la reducción, en más de un 99 %, de los casos de poliomielitis; la prevención y control de enfermedades infecciosas; la reducción de la mortalidad infantil y la identificación y control de brotes epidemiológicos a nivel mundial».

Con sede en la ciudad suiza de Ginebra, la OMS fue creada en 1948. Cada año se reúne en la Asamblea Mundial de la Salud que establece su política general, aprueba el presupuesto y, cada cinco, designa al director general, cargo que actualmente desempeña Margaret Chan (China, 1947), quien nada más conocer la concesión del premio se mostró «profundamente honrada» y explicó que el galardón va a inspirar a la OMS «para seguir trabajando por la salud mundial. Es un reconocimiento muy a tiempo en un momento muy difícil para el mundo y para la OMS, cuando estamos trabajando duro para afrontar el nuevo virus AH1N1».

Más expresiva aún se mostró la responsable de Salud Pública de la Organización, la asturiana María Neira, que, desde su despacho en Ginebra, dijo que no cabía por la enorme puerta de la OMS de «puro ancha» que se sentía.

«Ejemplo ético»

Varios miembros del jurado reconocieron, tras la lectura del fallo, que se habían visto favorablemente influidos por las rápidas medidas adoptadas desde el organismo galardonado tras los primeros brotes de la llamada gripe A para evitar que se transforme en una pandemia. El sacerdote José María Martín Patino considera que se ha premiado a «un ejemplo ético del que el mundo está hoy tan necesitado. Es el ejemplo más claro de cómo poner en movimiento, con eficacia y a tiempo, las medidas necesarias, como en el caso de esta gripe».

El diplomático español Yago Pico de Coaña recordó que no es la primera vez que la OMS es candidata a este galardón. Señaló que «ya había estado rozando el premio, rozando el poste, como dicen en el fútbol, y era el momento de reconocer toda su trayectoria, su trabajo para combatir las enfermedades y las epidemias».