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Cuba regresa al 'periodo especial' para contener la crisis económica

| CORRESPONSAL. LA HABANA Actualizado: Guardar
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La economía cubana no acaba de levantar cabeza. La suma de factores externos e internos ha generado un tornado que golpea las arcas estatales y, de rebote, los ya exiguos bolsillos de los once millones de isleños. Para remediar, en lo posible, el impacto de sus efectos a corto plazo el Gobierno de Raúl Castro está aplicando medidas de contención que, fundamentalmente para las empresas estatales más derrochadoras, serán draconianas.

La isla comunista ha aguantado carros y carretas de falta de liquidez y de alimentos. La peor etapa se conoce oficialmente como 'periodo especial'. Llegó de sopetón con la caída del bloque soviético. Los años 90 fueron durísimos, en gran parte por culpa del bloqueo estadounidense, dice el Gobierno. Aquí cuentan cómo se hacían sopas con hojas de plátano, filetes con bayetas, pizzas con goma de preservativo o se criaban cerdos en las azoteas convenientemente operados de las cuerdas bucales para que no molestaran a los vecinos.

Esa etapa se dio casi por superada hace apenas un año, pero llegaron tres huracanes que dejaron daños valorados en 7.500 millones de euros. Luego ha venido la crisis mundial a fastidiarlo todo: hay menos turismo, menos ingresos por remesas y el descenso del precio del petróleo, del níquel y del azúcar ha reducido los ingresos por exportaciones, mientras Cuba debe seguir importando cerca del 80% de todo lo que se consume.

Así las cosas, el Ejecutivo castrista ha puesto manos a la obra. Lanzó la consigna 'Ahorro o muerte', apoyada con anuncios para concienciar a la población a no derrochar y está aplicando otras que se endurecerán a partir del 1 de junio. Desde esa fecha hasta el 31 de diciembre pretende reducir el 12% de consumo de electricidad y de combustible para acabar el año dentro del plan previsto.

Para lograrlo, el ministro de Economía y Planificación cubano, Marino Murillo, estableció unas cuantas «medidas excepcionales». Pide que sobre el papel se ajusten los planes con «rigor», se analicen los fallos y que se cumplan las orientaciones. Quienes fallen serán castigados. Algunos centros ya sienten en carne propia los efectos.