Camino de ilusión y esperanza
Los romeros jerezanos salieron ayer hacia la Aldea en medio de una gran expectación. El embarque en Bajo de Guía comenzó con más de dos horas de retraso
Actualizado:A las ocho de la mañana, el pitero llamaba a los romeros a la eucaristía en el Real Convento de Santo Domingo. La Alameda de Cristina, desde primera hora de la mañana de ayer, era un trasiego de personas que esperaban la salida de la Real Hermandad del Rocío de Jerez. La Junta de Gobierno estuvo acompañada, asimismo, por los antiguos hermanos mayores de la hermandad y los distintos estamentos religiosos, civiles y militares, representados en el ámbito religioso por Joaquín Perea Montilla, delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías de la Diócesis de Jerez. También estuvieron hermanos mayores; la alcaldesa Pilar Sánchez junto otros miembros de la Corporación; el comisario de la Policía Nacional, Andrés Garrido; el presidente de la Asociación Santo Ángel; mandos de la Guardia Civil...
La eucaristía estuvo presidida por el director Espiritual de la Hermandad, Fray Martín Alexis, que dio la bienvenida a todos los presentes y disculpó la ausencia del arzobispo Castrense y Administrador Apostólico de la Diócesis de Asidonia-Jerez, Juan del Río Martín, quien, por problemas de agenda, no pudo presidir la cita. También agradeció la intenciones de todas aquellas personas que por distintas circunstancias no podían hacer el camino, pero comentó que él portaría «en una mochila» las medallas, las oraciones, los objetos y todo aquello que estas personas quisieran llevar a la Virgen.
El Simpecado presidía el altar junto a la Virgen de la Consolación. En la homilía el padre Alexis bendijo cada uno de los rincones de Jerez, desde el Convento de Santo Domingo hasta las advocaciones existentes en cada uno de los templos por donde pasa el Simpecado en la mañana de cada miércoles de camino a su salida de la ciudad. Y recordó el verdadero sentido de la Cruz, haciendo alusión a aquellos que «hoy se encuentran solos».
Tras el rezo de la Salve en el interior del Convento, el prioste Fernando Calderón organizó la comitiva, citando en primer lugar el banderín de camino, escoltado por los caballistas y a pie las distintas banderas de la Hermandad. Tampoco faltaban el estandarte de la Corporación y, en la presidencia del Simpecado, las distintas representaciones encabezadas por la alcaldesa y el hermano mayor, Felipe Morenes y su Junta de Gobierno, las carretas. Los charres y los vehículos de tracción mecánica cerraban la caravana, pudiendo notar un sustancioso descenso de personas y vehículos en esta romería de 2009, cifrado en un 35%.
El Simpecado iba exornado con flores importadas desde Holanda, en tonos suaves, de color pastel, blanco y morado principalmente, colocadas en las ánforas que gentilmente cede cada año la Hermandad de la Soledad.
En la calle Porvera tuvo lugar el tradicional encuentro de los niños del colegio de la Salle con el Simpecado y el rezo de la Salve. Fue entonces cuando se produjo el primer percance del camino de este año, ya que una mujer fue arrollada por un rueda del Simpecado, aunque no sufriendo graves daños.
La comitiva siguió después por la calle Porvera, pasando por la Iglesia de la Victoria, hasta llegar al Hospital de San Juan Grande, cita obligada decada salida. Pasadas ya las once de la mañana iniciaba su salida la comitiva buscando la carretera del Calvario, en busca de la finca del Barroso.
Con un retraso de casi una hora, sobre la una de la tarde se rezó el Ángelus, momentos que se aprovecharon para darle agua a los animales y bailarle las primeras sevillanas al Simpecado.
La Hermandad tardó en salir de Jerez, de ahí que fuese acumulando retraso y no llegase hasta las tres de la tarde hasta el rengue de almuerzo.
Tal como avisó el hermano mayor tras la eucaristía, los miembros del dispositivo del Plan Romero solicitaron la documentación de los vehículos a la altura de la avenida del Quinto Centenario, en Sanlucar de Barrameda, con el objeto de evitar esperas innecesarias cuando se produjese el embarque en Bajo de Guía. Éste estaba previsto que tuviese lugar a las cinco de la tarde, pero se retrasó sensiblemente Hhasta pasadas las siete– debido la lentitud de la caravana por el fuerte calor reinante.
Ya en la otra orilla del río Guadalquivir, la Hermandad se adentró en el Parque Natural de Doñana y pernoctó, tal como estaba previsto, en el Palacio de Marismilla.