CHRISTIAN BALE ACTOR

«No soporto ser el centro de atención»

| COLPISA. PARÍS Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Odio que me digan que soy una gran estrella porque no me siento así. No soporto ser el centro de atención en un rodaje, donde soy uno más del equipo. Y cuando peor lo paso es en la promoción, con las entrevistas», advierte Christian Bale. El actor lleva mal que le pregunten por su vida privada, por sus enfados -el último difundido por Internet fue en el rodaje de Terminator Salvation- y por su intensidad en el trabajo.

El galés ha encarnado en dos ocasiones a Batman, y ahora se mete en la piel de John Connor, el líder que organiza la resistencia para luchar contra los robots de la empresa Skynet. «No tenía intención de hacer Terminator, una de las sagas con las que crecí, pero en esta profesión hay que tener la mente abierta. Al principio me resistí y gente de mi entorno me recomendó que no me metiera, pero conocí a McG. Su entusiasmo por el proyecto me impresionó. Además, lo mejor de este oficio es ser otras personas, algo que yo hago constantemente, esté actuando o no», expone Bale en el lujoso hotel de París en el que recibe a la prensa.

Tiene un punto inquietante. Con un fuerte acento galés y en voz muy baja, el protagonista de American Psycho ve a John Connor «como un hombre en estado de guerra». «Salvando las distancias, me recordaba un poco a Jesucristo porque, aunque no lo ha decidido, está destinado a salvar la humanidad. Vale más por sus silencios que por sus palabras. Es un héroe atormentado por la gran responsabilidad que le ha caído».

Bale confiesa que ha disfrutado con la preparación interior del personaje. «La parte física me supuso un gran esfuerzo, y más en mi caso, porque siempre intento ir un poco más allá de lo que me pide el papel. Pero son los sentimientos de este hombre al que le toca salvar al mundo lo que más me importa».

«No estamos en terapia»

Bale ha disfrutado tanto con este Terminator como con la saga Batman, cuyo traje quiere volverse a poner. «Me gustaría mucho hacer mi tercer Batman, pero estoy pendiente de lo que decida el director, Christopher Nolan, que es tan imprevisible... Un día dice que sí y al otro se descuelga».

Y entre estos dos personajes tan alejados de la realidad, Bale, de 35 años, ha participado en la todavía inédita Enemigos públicos, de Michael Mann, a quien piropea. «Adoro trabajar con alguien más obsesivo que yo».

Pasa de la fama. «Una cosa es el mercado y otra actuar. Esta bien que te reconozcan, pero ¿a quién puedo interesar yo?». Hijo de un piloto del que habla con orgullo -«era un hombre muy creativo, me sirve de inspiración»-, Bale no suelta prenda sobre los problemas que tuvo con su madre y su hermana -se publicó que le habían denunciado por agresión verbal-: «Esto es una entrevista, no estamos en terapia».

El actor sigue en contacto con su descubridor, Steven Spielberg, a cuyas órdenes debutó con doce años en El imperio del sol. «Spielberg me dijo que era una profesión fantástica pero muy complicada. No le recomendaría a nadie que empezara tan joven, porque no se está preparado para tanta responsabilidad y presión».