Los Cavaliers se quedan al borde del abismo

El pívot Dwight Howard se convirtió en el motor de su equipo y con 27 puntos, 10 de ellos en la prórroga, y 14 rebotes, llevó a los Magic de Orlando a la victoria por 116-114 ante los Cavaliers de Cleveland, que con un 3-1 desfavorable en la final de la Conferencia Este está al borde del abismo.

La situación se ha vuelto peligrosa para los Cavaliers, a los que tan solo les vale el triunfo en el quinto partido de la serie al mejor de siete que disputarán el próximo jueves en el Quicken Loans Arena, de Cleveland. Sin embargo, las estadísticas muestran que sólo ocho equipos en la historia de la NBA han logrado superar la desventaja de 1-3 para ganar las series en la fase final.

Junto al poder demoledor de Howard, al que le señalaron su sexta falta técnica, lo que le pone a una sola de un partido de suspensión, fueron los triples el arma decisiva para los Magic al conseguir nada menos que 17. Los 17 triples establecieron una nueva marca en la historia de los Magic, mientras que el base Rafer Alston resultó especialmente eficaz en este apartado al conseguir 6 de 12 intentos para un total de 26 puntos que fueron decisivos para su equipo.

El escolta reserva francés Mickael Pietrus ofreció una ayuda incalculable a su equipo en la segunda parte al aportar 17 puntos, pero sobre todo hacer una gran defensa sobre el alero estrella LeBron James, que con dos tiros de personal había forzado la prórroga. Sin embargo, su último intento de triple no entró, como sucedió en el segundo partido, y dejó a los Cavaliers al borde del abismo.

"Dijimos que lo nuestro es salir al campo a jugar lo mejor posible y tratar de conseguir la victoria y eso fue lo que hicimos", declaro Howard. "Nada nos importa, ni nos preocupa, sólo luchar y luchar hasta el final".

Sólo LeBron

LeBron James tuvo de nuevo que cargarse al equipo sobre sus hombros, especialmente en la primera mitad del partido, cuando su poder físico estaba intacto. Pero sus 44 puntos, 12 rebotes y siete asistencias, en los 49 minutos que estuvo en el campo, no fueron suficientes para evitar la derrota de los Cavaliers.

"No hemos conseguido el objetivo de volver a Cleveland con la ventaja de campo y, por lo tanto, ahora todo será más difícil para nosotros", comentó James, que mostró su cansancio físico al final del partido y lo reflejó con ocho pérdidas de balón, su peor marca en la fase final.

Una vez más, sus compañeros no le dieron la ayuda que necesitaba en los momentos decisivos y cuando lo hicieron en la primera parte, el equipo respondió con la ventaja en el marcador.

Pero el base Williams de los Cavaliers, que "provocó" a todos los jugadores de los Magic garantizando antes del partido que iban van a ganar la eliminatoria y que son el "mejor equipo de la competición", logró 18 puntos, pero sólo seis en la segunda parte.

Deciden las estrellas

La primera parte fue favorable a los Cavaliers, como ha sucedido en los partidos anteriores, especialmente cuando las fuerzas de James estaban al máximo y ante la permisividad de los árbitros es muy difícil controlar sus acciones en ataque.

Pero también se repitió de nuevo la historia de los anteriores partidos con el resurgir de los Magic en el tercer periodo y esta vez lo hizo con Alston, que anotó los siete primeros puntos del equipo para reducir la desventaja a sólo uno un punto (57-58).

Todo estaba listo para hacer el último esfuerzo en el cuarto periodo y tuvieron todo a su favor al ponerse con un parcial favorable de 91-83 después de un triple del novato Lee. Pero los Magic no supieron mantener el instinto asesino y con decisiones más que dudosas de los árbitros, los Cavaliers consiguieron volver de nuevo al partido e incluso tuvieron la oportunidad de ganarlo y también de perderlo en el tiempo reglamentario.

Lewis con 4,1 segundos para concluir anotó un triple que le dio a los Magic la ventaja de 100-98, pero como siempre faltaba la acción de James. Una falta señalada a Pietrus llevó al alero estrella a la línea de personal, donde con cinco décimas de segundo, consiguió el empate a 100.

En la prórroga, Howard se reivindicó como el jugador más dominante que hay actualmente en la pintura y sentenció el duelo para su equipo.