Obama dice que la «provocación» sólo sirve para aislar más a Pyongyang
El régimen estalinista realiza la prueba atómica
| NUEVA YORK Actualizado: GuardarCorea del Norte no pudo haber elegido una fecha más significativa -Memorial Day, el Día de los Caídos en EE UU- para realizar su segundo ensayo nuclear y de paso enviar una clara advertencia a Barack Obama de que sus planes para un mundo sin armas nucleares están todavía muy lejanos. La Casa Blanca apenas tardó unos minutos en redactar una contundente respuesta sobre «la gran amenaza para la paz y la seguridad» que representa el programa atómico norcoreano. Obama calificó la acción como «una provocación que solo servirá para que Corea del Norte continúe profundizando en su aislamiento». Mientras, el Consejo de Seguridad de la ONU celebró una reunión de urgencia para consensuar una respuesta al desafío de Pyongyang.
Hace tan solo un mes que las autoridades del país asiático habían amenazado con llevar a cabo pruebas para un misil balístico intercontinental si el Consejo de Seguridad hacía efectivas nuevas sanciones tras el lanzamiento de un cohete militar que ya contaba con una prohibición previa. Ni el frente diplomático ni la nueva Administración estadounidense parecen capaces de contener las ambiciones del cada vez más aislado régimen comunista. Y eso pese a que en los últimos tres años las autoridades norcoreanas habían dado muestras de cierta voluntad para clausurar su programa nuclear como contrapartida a las medidas de la Administración Bush de levantar parcialmente el embargo de comida y combustible, además de ciertas concesiones diplomáticas, como eliminar a Corea del Norte de la lista de estados que promovían el terrorismo. Pero el relativo clima de entendimiento establecido entonces se ha deteriorado en los últimos meses, sobre todo por las crecientes disputas en torno a la forma de verificar la cantidad de armamento existente en los arsenales del país asiático.
Los expertos norteamericanos creen que Corea del Norte tiene suficiente plutonio enriquecido como para construir siete u ocho bombas atómicas, algo que Pyongyang niega. Estas discrepancias, unidas a la delicada situación sucesoria que atraviesa el régimen desde que el líder del país, Kim Jong II, sufriera un infarto cerebral hace casi un año dificultan cualquier intento de la Administración Obama de establecer su propia agenda.
Grupo de los Seis
Obama dejó claro ayer que su Gobierno continuará trabajando con sus socios del Grupo de los Seis (China, Rusia, Corea del Sur y Japón), que negocian con Pyongyang el abandono de su programa nuclear, y con los otros miembros del Consejo de Seguridad de la ONU para resolver la situación. Mientras, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, pidió a Japón y Corea del Sur que busquen un enfoque «firme y unido» ante la amenaza nuclear.
Por otro lado, el ex embajador estadounidense ante la ONU, John Bolton, afirmó que el nuevo ensayo nuclear constituye una «prueba decisiva» para el presidente Obama, después de que este decidiera tender la mano a los regímenes hostiles a Washington como Irán y la propia Corea del Norte.
el día en que
Washington recuerda a sus caídos