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Fany posa con su bata en una sala de Cesma. / L.V.
Jerez

Un querubín con bata de médico

Fany Pérez Núñez es una joven ATS que un día, gracias a sus conocimientos sanitarios, se convirtió en 'ángel de la guarda'

MANUEL SOTELINO
| JEREZActualizado:

A Fany siempre le gustó la bata blanca y el estetoscopio. Aunque en un principio quiso dedicarse a la fisioterapia, pero por problemas de notas, al final acabó estudiando Enfermería. «Al principio entré a regañadientes. Pero pronto cambié de opinión. Ahora mi profesión es casi mi vida», afirma.

Tras sacar brillantemente la carrera de ATS, trabajó en un hospital en la zona de urgencias. «Fue toda una experiencia. Vivir intensamente el mundo del hospital y además en un lugar tan complicado como son las urgencias... Me encantó». Tanto es así que le ofrecieron trabajo fijo en CESMA, una mutua que hay en Madre de Dios. «Me tiré un año trabajando en los dos sitios», recuerda. Ahora, trabaja en CESMA solamente.

Fany es una chica normal. Nada de superheroína. Se trata de una ciudadana anónima a la que le gusta su trabajo. Nada más y nada menos. Un día, tuvo en sus manos la vida de una persona. Se la encontró casi desvanecida, dentro de su vehículo, cuando salía de CESMA camino de su casa. «Todavía lo recuerdo y me emociono». Se trataba de un joven que salvó la vida gracias a los primeros auxilios que Fany le practicó en plena calle. Estuvo durante veinticinco minutos de rodillas en la acera de la plaza dándole masajes cardiacos. Se trataba de una muerte súbita. De esas a la que estás condenado a no ser que Fany se cruce en tu camino. Aguantar durante este tiempo con la vida de una persona en un hilo, tirado en la calle y sin apenas medios para paliar un problema cardiaco tan importante casi rozan la heroicidad. «De eso nada. Yo sólo puse en práctica mis conocimientos. Era un chico muy joven. Todavía recuerdo cómo derramaba una lágrima en medio de la crisis que estaba sufriendo. Sin poder hablar ni decir nada. Yo me propuse hacer lo imposible para rescatarlo. No podía irse así, de esa manera», subraya. El caso es que sin conocerse de nada, Fany fue su ángel de la guarda.

Ahora, esta joven ATS no quiere ir de héroe. Casi rehusa la entrevista. Sólo quiere confundirse con sus conciudadanos y pasar desapercibida. Ser una persona más. Sin embargo, hace un mes, cuando le salvó la vida a un joven en medio de la calle, había firmado a fuego una Voz del Ciudadano. Una de las voces más humanas y bonitas traídas a esta sección. un testimonio de aquellas personas que logran la felicidad del resto y ayudan al prójimo. Fany es desde entonces un pequeño ángel sin alas que viste su bata blanca.