Palacio no sustituirá, finalmente, a Guaperal como último sitio de pernocta de los jerezanos en Doñana

El mal recuerdo de la noche fría de Guaperal, cuando el Camino del año pasado ya iba llegando a su final con la caída del sol del viernes, ha hecho que la junta de gobierno que preside Felipe Morenés considerara la posibilidad de Palacio, paraje que se encuentra quince kilómetros antes que el anterior, como sustituto del lugar de pernocta ocupado, en la propia La Raya, hasta el año pasado.

La decisión había de quedar, en cualquier caso, a expensas de lo que, a última hora, se conviniera, quizá ya de Camino, al respecto. La idea era aprovechar la concentración de medidas de seguridad en ese emblemático paraje del Coto, posibilidad ante la que el hermano mayor no ocultaba sus preferencias: «En Palacio estamos hablando de un Rocío más bonito, aunque haya que caminar quince kilómetros más a la mañana siguiente».

Finalmente se ha desestimado. No en balde era una posibilidad no exenta de riesgos. Amanecer en Doñana el mismo sábado de Presentación de las Hermandades no deja de tenerlos siempre. Pero añadir ese puñado de kilómetros a lo que ya era habitual augura la inquietud sobre las dificultades para poder estar entrando en la Aldea del Rocío poco después de mediodía. Y aunque sea cierto que luego llega esa espera en Bellavista y, sobre todo, Muñoz y Pavón, la verdad es que se trata de tiempo que no conviene recortar.

Será Guaperal, como siempre, el paraje que asistirá a la última noche de los rocieros jerezanos en el Parque Nacional. Menos bonito que Palacio, pero mejor a la mañana siguiente.