Centralita del teléfono 085 / M. GÓMEZ
Ciudadanos

«¡Socorro, bomberos!»

La centralita del 085 recibe cada día cientos alertas, desde situaciones de auténtica emergencia a otras que darían para todo un anecdotario

| CÁDIZ Actualizado: Guardar
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«Hola, voy a quemar el bosque de Grazalema, les llamo para que me detengan». Hace un año, esta sorprendente llamada era recibida en la sala de Emergencias del Parque de Tres Caminos de Puerto Real, el cerebro del Consorcio de Bomberos de Cádiz desde el que se gestionan las actuaciones de todos los parques de bomberos de la provincia, y se recepcionan todas las alertas realizadas al 085, el número de teléfono gratuito de Bomberos.

Como la del pirómano, en esta centralita se reciben a diario todo tipo de emergencias, desde fuegos, hasta el rescate de personas encerradas en ascensores, atrapadas en coches accidentados o (en una tierra donde sopla el viento con fuerza como la provincia de Cádiz) la retirada de árboles y carteles de las carreteras, en días de fuerte ventolera.

Sólo en los cinco primeros meses que lleva el presente año ya ha recibido más de 34.000 llamadas, y a lo largo de todo el año pasado recibió el nada desdeñable número de 94.147 alertas (unas 257 cada día), según la última memoria del Consorcio de Bomberos.

Sin embargo, en este cómputo se acumulan también cada año muchas llamadas que en el sistema se clasifican como «bromas» y que alertan de situaciones de emergencia falsas aprovechando que el teléfono es gratuito. «En algunas ocasiones nos dan tantos detalles, que hasta parecen reales», explica Domingo Mesa, el responsable de la sala de Emergencia, que recuerda el caso reciente de una mujer que a las cuatro de la madrugada llamaba desde Puerto Real alertando de un incendio en una casa, «y hasta lloraba al teléfono», a pesar de ser totalmente falso.

La experiencia, sin embargo, es un grado en esta sala donde «ya sabemos reconocer las bromas, con cuatro preguntas que le hagamos», reconoce Amalia, una de las operadoras de la centralita. Año tras año, las llamadas bromistas van decreciendo en número y porcentaje, hasta representar ya apenas un 2% del total. «Cuando empezamos en 1991, las alertas que acababan en nada representaban un 60%» explica Domingo Mesa.

Frente a la notable reducción de las bromas, llama la atención cómo crece el porcentaje de las equivocaciones, que ya representan un 40% de las llamadas, algo de lo que tiene parte de culpa «los teléfonos con prefijo 856; porque muchas personas pulsan el 085 sin querer, y enlaza directamente con la sala».

Además de las denuncias falsas, también reciben muchas «llamadas extrañas, desde la del perverso sexual, hasta el hombre que está aburrido y sólo quiere recibir compañía». Por otro lado, Mesa también llama la atención acerca de las llamadas realizadas por quienes han olvidado las llaves en casa. «Hay personas que han llamado tantas veces para esto que, cuando aparece su número sabemos que se debe a un despiste», asegura un operario, que recuerda que en este tipo de servicios muchos ayuntamientos cobran una tasa «que casi siempre es más cara que llamar a un cerrajero».

Bromas muy caras

«Estas llamadas y las bromistas son peligrosas, porque no sólo ocupan una línea telefónica para otras llamadas reales, sino que además resultan caras, porque la salida de vehículos de bomberos para una emergencia que no existe supone un importante gasto, que repercute en los ciudadanos», asegura Domingo Mesa, que recuerda que los servicios son pagados por los ayuntamientos consorciados de la provincia.

Un 8% de las llamadas suponen solicitudes de infomación, falsas alarmas, pero también prácticas (un 3%) de los propios bomberos para entrenar la agilidad del servicio. El mayor porcentaje (49%) sigue estando asociado a actuaciones reales, que van desde las auténticas emergencias -fuegos y situaciones en que las vidas de personas corren peligro- hasta otras que dan para un auténtico anecdotario. Y es que, según Mesa, «muchas personas recurren a los bomberos cuando nadie sabe cómo ayudarles». Y pone como ejemplo las alertas que se deben al rescate de animales, situaciones ante las cuáles no siempre los bomberos tienen medios para actuar: «Una vez nos llamaron porque había una serpiente en un colegio», recuerda. «En apenas unos minutos tenemos que averiguar si existe un peligro real y si es así, actuamos».