El soldado que violó y mató a una niña iraquí de 14 años evita la ejecución

El mundo pedía el ojo por ojo, diente por diente. Pena de muerte para el soldado que violó a una niña iraquí de 14 años y la mató junto a toda su familia. Pero el jurado acabó sucumbiendo a la estrategia de que Peter Green es «un soldado roto», abandonado por el Ejército al que la sociedad no puede matar después de haberlo quebrado en la guerra. Sin unanimidad del jurado, al juez no le queda más remedio que aplicar la menor de las penas propuestas, cadena perpetua. Green vivirá el resto de sus días en una prisión civil, algo celebrado con alivio por su familia como «el menor de los males», dijo su hermano Doug a la CNN, que le pidió unas palabras para la familia de los iraquíes brutalmente asesinados. «Mi corazón y mis oraciones están con vosotros. Lo siento», dijo emocionado.

«Conmoción»

Titulares como Perdonada la vida del soldado Green no dejaban mucho consuelo en Irak. «Es una verdadera conmoción para nosotros», declaró ofendido a la agencia Reuters Raad Yusuf, tío de la niña violada, desde su granja en Mahmudiya. «Esa decisión es un crimen, casi peor que el crimen que cometió el soldado». La abuela de la adolescente rompió a llorar al conocer la decisión del tribunal. «¿Por qué la mataron, por qué?», preguntaba desconsolada Muneera Mohmed Janabi, que prometió odiar «a los soldados estadounidenses hasta que me vaya a la tumba».

La defensa de Green no refutó las acusaciones en ningún momento, consciente de que no podría ganar su inocencia, y dedicó el proceso a evitar la pena de muerte, convirtiéndole en víctima de una guerra mal llevada. «EE UU le falló al soldado Green y ahora intenta ejecutarlo», dijo el abogado defensor Scott Wendelsdorf en su alegato final. «En vuestras manos está decir que América no mata a sus soldados rotos. Perdonad la vida de este muchacho».

Green, de 24 años, llegó al Ejército con un historial de abuso de drogas y alcohol que la oficina de reclutamiento prefirió ignorar. Su unidad sufrió numerosas bajas y finalmente fue puesto al mando de un control de carretera a pocos metros de donde vivía Abeer al Janabi, a la que Green le había echado el ojo. Una noche el soldado texano convenció a sus compañeros de más alto rango para violar a la chica. Mientras éstos la violaban por turnos, él mató a sus padres y hermanos. Después de acabar con ella, le pegó un tiro en la cabeza y le prendió fuego. El Ejército se deshizo de él por «desorden de personalidad».

condena a cadena perpetua