Un jerezano de 25 años lleva más de cinco meses desaparecido
Residente desde hace tiempo en Baleares, se perdió su rastro en un viaje en barco de Ibiza a Palma La familia reclama que no se cierre la investigación
Actualizado:Ojos caídos, mirada perdida, ojeras marcadas... El rostro de Juana Romero refleja el sufrimiento que padece desde hace ya más de cinco meses. Hasta su voz, que parece surgir con tremendo esfuerzo de sus adentros, evidencian que esta jerezana, vecina de La Barca, está pasando los peores momentos de su vida. Y no es para menos. Su hijo Juan Jesús del Toro, de 25 años, desapareció el 14 de diciembre. Lo hizo, además, en unas circunstancias de lo más extrañas. Tanto que, a pesar del tiempo transcurrido, siguen siendo objeto de una investigación policial que, encima, según la madre, permanece bajo secreto de sumario.
Tal como avanzó ayer Canal Sur, sucedió poco antes de Navidad. El jerezano Juan Jesús del Toro, que había emigrado a las Islas Baleares junto su familia cuando tenía 10 años de edad, había estado trabajando unas semanas en Ibiza y cogió un barco para regresar a Palma, donde le esperaban su novia y su hijo, nacido apenas un mes antes. Su intención era volver para buscarse de nuevo la vida allí, «como ha hecho siempre», según señala Juana Romero, que explica a LAVOZ que en verano «suele trabajar de monitor de motos de agua y en invierno de lo que le sale».
Juan Jesús se montó en el barco y emprendió ese viaje. Nadie tiene la más mínima duda de ello. De hecho, llamó a un amigo para que fuese a recogerle, pero éste le dijo que no podía porque tenía el coche averiado. También envió un SMSa su novia.
El barco llegó a Palma, pero el jerezano no. Juana Romero empezó a preocuparse cuando otro hijo, también residente en la isla balear, le llamó preguntándole si sabía algo de él. Los nervios se precipitaron a partir de ese momento, sobre todo después de identificar las maletas de Juan Jesús en la embarcación, una circunstancia que confirmaba que éste había emprendido el viaje y que lo que le pasase tuvo que ser durante el referido trayecto a Palma.
Su madre, que acaba de regresar a su casa de La Barca tras algo más de cuatro meses en Baleares –desde el día siguiente de la desaparición– asegura que la Policía mantiene abierta la investigación. «Han estado buscando por todas partes y nosotros hemos hecho carteles, pegatinas... Todo lo que hemos podido, pero mi hijo sigue sin aparecer y continuamos sin saber lo que le pasó ese día», añade. La Policía le dice que mantiene abierta la investigación y que sigue buscando. Y de poco más le informan, según ella, «porque han decretado el secreto de sumario».
Se han barajado, evidentemente, todo tipo de hipótesis sobre lo que pudo sucederle. La propia Juana reconoce que ella también se ha planteado todas las posibilidades, aunque hay una cosa que tiene muy clara: «Juan Jesús no ha desaparecido voluntariamente». Tiene varios argumentos para pensar eso: acababa de ser padre, «adoraba a su hijo y su novia», los cheques que cobró por los últimos trabajos realizados en Ibiza «nunca fueron cobrados», llamó para que fuesen a recogerle y, además, «era una persona muy querida allí y que no tenía ningún problema con nadie».
¿Y si se hubiese caído al mar durante el viaje? «También lo hemos pensado, lógicamente, pero digo yo que hubiesen encontrado el cuerpo ya, ¿no?», apunta. ¿O si alguien le hubiese hecho algo? «Prefiero no pensarlo», dice su madre.
En cualquier caso, que la investigación siga abierta después de tanto tiempo y que se haya decretado el secreto de sumario invita a suponer que la Policía tiene muchos interrogantes por despejar. La cuestión es si llegarán las respuestas. Y eso es lo que exige la familia del desaparecido.