El cabeza de lista del PSOE a las elecciones europeas, Juan Fernando López Aguilar, junto a Leire Pajín, en Madrid. / EFE
ESPAÑA

El PSOE hace de la campaña una batalla ética

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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No es ya una cuestión de ideología, se trata de pura ética. El PSOE pretende convertir las elecciones a la Eurocámara en una batalla moral para movilizar su electorado. El último sondeo del CIS ha dado un respiro a la formación gubernamental que, en las últimas semanas, se había desayunado con encuestas que auguraban una ventaja del PP superior a los cuatro puntos. Pero aún así, el comité de campaña no respira tranquilo. Entiende que su candidatura sólo tendrá opciones si logra agitar las conciencias de un electorado intrínsecamente apático. Una participación por debajo del 43% implicaría, según afirman fuentes del partido, una derrota segura.

Las europeas siguen sin ser, a ojos de los estrategas socialistas, unas elecciones que permitan movilizar a las masas. Tampoco permiten robar votos a los contrincantes porque, al ser conscientes de que no están eligiendo un Gobierno, los ciudadanos rara vez se sienten impelidos al voto útil.

Es un factor que juega en contra de un PSOE que ganó las últimas elecciones generales, en buena parte gracias al pragmatismo de electores de ERC, IU o ICV dispuestos a votar a Zapatero para evitar un Ejecutivo del PP. Ahora sólo cabe aspirar a movilizar a los votantes propios y, dentro de los propios, a los más militantes.

La necesidad ha empujado a los socialistas a diseñar una campaña maniquea en la que no existen las medias tintas y en la que todo se mira desde un prisma moral: la crisis económica es responsabilidad de la «codicia» y el afán desregulador de la derecha; los logros sociales son «siempre» obra de la izquierda.

Con este discurso dieron ayer el pistoletazo de salida a la contienda el cabeza de lista, Juan Fernando López Aguilar; la secretaria de Organización, Leire Pajín; la ministra de Igualdad, Bibiana Aído; y el secretario general del PSM, Tomás Gómez, en un acto sobre mujeres en la Casa de América. Un preludio de la tradicional pegada de carteles en el simbólico barrio obrero de Vallecas.