California castiga a Schwarzenegger
Rechazo rotundo en las urnas a sus medidas fiscales para paliar la crisis del estado
| CORRESPONSAL. NUEVA YORKActualizado:Se acabaron las oportunidades de popularidad para el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger. Los votantes rechazaron el martes en referéndum las medidas fiscales propuestas para salvar la crisis presupuestaria que acogota al estado, y ahora no le quedará más remedio que meter la tijera por doquier.
Fue, además, una sonora bofetada, de esas que más duelen por la indiferencia con que vienen cargada. Sólo el 19% de los californianos se molestó en ir a las urnas, según los resultados preliminares. De las seis medidas sometidas a consulta únicamente salió una adelante: la que prohíbe a los legisladores subirse el sueldo mientras haya déficit en las arcas públicas.
No es poco lo que está en juego. De ser un país, California sería la novena mayor economía del mundo por Producto Interior Bruto (PIB) y ya en 2007 aportó el 13% al total de Estados Unidos. Hollywood, las petroleras, las tabacaleras, los clubes deportivos... Los sectores más poderosos se aliaron con la campaña de Schwarzenegger, que recaudó la mitad de la inversión realizada a favor del «sí», diez veces más nutrida económicamente que la de quienes se oponían. Las corporaciones temían que la quiebra potencial del estado repercuta sobre ellos, pero los votantes siguieron viendo los presupuestos como una abstracción. Ahora se enfrentarán al verdadero rostro de los recortes.
Para enjugar los 21.300 millones de dólares (15.450 millones de euros) de déficit, el actor de Terminator ha amenazado con despedir a 5.000 de los 235.000 funcionarios que tiene el estado, deshacerse de 42.000 presos, vender propiedades, limitar la participación en la Seguridad Social, recortar el presupuesto para educación en 3.626 millones de euros, pedir prestados más de 1.500 a los gobiernos locales y hasta casi 5.000 si logra el aval del Ejecutivo federal para convencer a otros prestamistas.
Es de esperar que durante el año y medio que le queda a Arnold Schwarzenegger al frente del Gobierno de California tenga que abandonar todas las promesas que hizo a los votantes y convertirse en el malo de la película en la que pretendía ser el héroe.
Hasta dentro de su partido, el republicano, ha perdido garra, ahora que se ha aliado con los demócratas más liberales para solventar el presupuesto, y es invitado asiduo a la Casa Blanca. El martes, día de la votación Schwarzenegger estaba en Washington, donde Obama pidió un aplauso para él. Sin duda oteaba ya el fracaso de sus propuestas en las urnas y buscaba el apoyo del Gobierno federal para seguir adelante. Algunos analistas sugerían ya ayer que el futuro político de Schwarzenegger tendrá que pasar por obtener un nombramiento del presidente afroamericano si quiere seguir en el escenario público.
Subida de impuestos
«No se trata de mí ni de ningún legislador, sino del futuro de California y de su legado», protestó Gobernator. El complejo paquete de medidas propuestas que el pueblo ha rechazado contemplaban subidas de impuestos temporales, la creación de un fondo para capear los malos tiempos y el desvío provisional de fondos dedicados a los más desfavorecidos.
Pese a todo, el gobernador aceptó la derrota con honor y la misma noche del martes prometió ponerse a trabajar de inmediato para encontrar «soluciones constructivas con las que poner fin a la crisis». Ayer estaba reunido con los legisladores en busca de otra fórmula con la que evitar la quiebra. Es su tercer intento, pero hay que reconocerle que en febrero pasado las proyecciones del déficit para el siguiente año fiscal, que empieza en julio, eran de más de 30.000 millones de euros. Casi el doble.