Camps asegura al juez que pagó sus trajes
Declara que lo hizo en metálico, pero no aporta comprobantes Rechaza que favoreciese a las empresas de su amigo 'El Bigotes'
| COLPISA. VALENCIA Actualizado: GuardarFrancisco Camps fue rotundo en los 45 minutos de declaración ante el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana que investiga una ramificación del caso Gürtel: siempre pagó de su bolsillo, y al contado, los trajes de las tiendas Milano y Forever Young. El presidente de la Generalitat no aportó comprobante alguno en apoyo de sus palabras, y apuntó al sastre José Tomás, a quien sus antiguos jefes denuncian por llevar una doble facturación para desviar dinero a su propio bolsillo.
Camps reconoció su relación personal con Álvaro Pérez Alonso, El Bigotes, responsable de las empresas del entramado de Francisco Correa en territorio valenciano, pero negó que la Generalitat le favoreciera por amiguismo en los concursos públicos. El presidente abandonó la sede judicial en olor de multitudes, pero con la misma condición con la que entró, imputado de un delito de cohecho, según informó en un escueto comunicado el propio tribunal.
La declaración del president galvanizó la capital del Turia. Grupos de simpatizantes aguardaban a las puertas de los juzgados desde las 6.00 horas, cuatro antes de la cita, su llegada para jalearle. Camps fue muy madrugador. Llegó al tribunal a las 8.52 horas. A la puerta del vetusto edificio fue recibido por la alcaldesa Rita Barberá y por los tres vicepresidentes de la Generalitat, Vicente Rambla, Juan Cotino y Gerardo Camps. En el interior del edificio, repasó los últimos detalles de su declaración con su abogado, Javier Boix.
Según fuentes judiciales, Camps reconoció haber adquirido, tal y como sostiene el juez Baltasar Garzón, trajes obra de José Tomás. Pero añadió que fueron apenas cuatro de Forever Young, por un valor que osciló entre los 600 y los 650 euros cada uno, nunca ropa por valor de casi 13.000 euros. El presidente explicó que fue Tomás, sastre que le presentó El Bigotes como persona de confianza, quien se encargó de tomar medidas y de las facturaciones.
Insistió en que siempre pagó de su bolsillo. No pudo aportar facturas o comprobantes porque, según las fuentes citadas, recalcó que los abonó en metálico, ya que por cuestiones de economía doméstica, en su familia quien maneja las tarjetas de crédito es su esposa, y no guarda los comprobantes de las compras pasado tanto tiempo.
El defensor de Camps recordó las denuncias que Forever Young tiene interpuestas contra Tomás, que fue jefe de la tienda del Paseo de la Castellana 140 hasta que estalló el caso Gürtel. Según la empresa, tenía una doble contabilidad por medio de una doble facturación: primero aceptaba el dinero en metálico del cliente y luego volvía a facturar los trajes dentro de otras partidas mayores. En muchas ocasiones esas cantidades se endosaron a las firmas de Álvaro Pérez (Orange Market, Diseño Asimétrico y Servimadrid Integral). Estas irregularidades, según la defensa del presidente, podrían explicar las anotaciones que sobre Camps hay en los libros de la trama corrupta.
La estrategia defensiva de Camps había insistido además hasta ahora en la falta de credibilidad de Tomás, que ha cambiado en tres ocasiones sus declaraciones sobre el pago de los polémicos trajes: primero reconoció que los pagó el presidente de su bolsillo, luego dijo que siempre los abonaba Orange Market y, por último, aseguró que eran pagados con billetes de 500 euros.
El juez José Flors y la Fiscalía Anticorrupción también indagaron detalles de la relación de Camps con 'El Bigotes' y sobre los concursos que la Generalitat adjudicó a Orange Market por un valor cercano a los siete millones de euros.
Camps reconoció sin ambages su relación de amistad con Álvaro Pérez, pero negó de forma categórica haber dado instrucciones para que sus consejerías favorecieran a sus empresas. El presidente adujo desconocer los detalles de esas contrataciones hechas por nueve de sus consejerías, ya que no eran asuntos de su competencia directa.
A las 11.10 horas, abandonó el despacho de Flors. Durante un cuarto de hora departió con sus abogados y colaboradores más cercanos para luego enfrentarse a la muchedumbre que les esperaba en la calle. A las 11.27 horas salió del brazo de Barberá y acompañado por sus vicepresidentes. «Estoy plenamente satisfecho; como dije hace ya mucho tiempo tenía muchas ganas de poder contar la verdad, y ya la hemos contado», dijo. «A partir de ahora el procedimiento continúa y confío plenamente en que esto termine pronto y termine muy bien», añadió en una apresurada declaración sin admitir preguntas.
Concluido el trámite procesal, Camps recuperó su habitual agenda. Poco más de media hora después, el president recibió al viceministro de Asuntos Exteriores de Bulgaria, Ivalo Kalfin, en el Palau de la Generalitat.