Economia

La economía española sufrió en el primer trimestre de 2009 su peor contracción

El PIB cae un 3% en tasa interanual y un 1,9% sobre el trimestre anterior El recorte del consumo doméstico afecta ya al gasto en alimentación

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Ya es definitivo, y es peor de lo que se esperaba. La economía española experimentó en el primer trimestre de 2009 la mayor y peor contracción interanual de la historia, equivalente al 3% del PIB, y menguó un 1,9% respecto del trimestre anterior, según datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística.

Estos malos resultados agrandan en una décima el desplome adelantado el pasado 14 de mayo por el propio INE. Son fruto sobre todo del hundimiento del consumo de los hogares, que se ha agravado en este período, y también de la escasa inversión empresarial (INE).

La caída del PIB supera con creces las registradas hasta la fecha y confirma que el primer trimestre de 2009 fue el peor para España desde el estallido de la crisis mundial. Pero la vicepresidenta económica Elena Salgado aseguró en el Congreso que aprecia «los primeros indicios que apuntan a que podemos estar ante un punto de inflexión en esta crisis». José Luis Rodríguez Zapatero destacó que el bajón es menor al registrado por otras economías como la alemana, la italiana o la francesa.

El INE responsabiliza del desplome interanual del 3% -tasa que casi duplica el 1,6% previsto por el Ejecutivo para todo el 2009- al incremento de la contracción del gasto en el consumo final de los hogares y a la escasísima inversión empresarial.

En los tres primeros meses del año, la demanda de las familias españolas aceleró su decrecimiento de forma vertiginosa y retrocedió un 4,1%, frente al 2,3% de contracción que había registrado en el último cuarto de 2008, cuando el país entró oficialmente en recesión.

Lo más preocupante es que los recortes en el consumo afectan ya al gasto en alimentación y servicios, componentes que hasta el trimestre pasado todavía evolucionaban en positivo. Como en períodos precedentes, las tasas negativas más intensas fueron para la demanda de bienes duraderos. Detrás este retraimiento del consumo están el aumento del paro y la consiguiente reducción de la renta de las familias.

La inversión de las empresas en capital fijo aceleró su caída hasta el 13,1%, muy superior al 9,3% del cuarto trimestre del año pasado. En este caso la tendencia negativa afecta también a todos los componentes, pero las caídas más intensas se dieron en el gasto en bienes de equipo (18,6%) y en la construcción (12,4%). Dentro de esta última, las peores tasas fueron una vez más para la inversión en vivienda: en el período enero-marzo retrocedió un 23,8% interanual, frente al 19,6% de octubre-diciembre.

Signos positivos

Pero no todo empeora. Aunque tímidos y escasos, hay signos positivos. Así, el gasto de las administraciones públicas, causante del temido déficit, se redujo entre enero y marzo nueve décimas con respecto al trimestre anterior, aunque siguió creciendo y marcó un 5,4% interanual.

Por otro lado, la demanda externa mantiene su contribución al PIB trimestral de 2,3 puntos, a pesar de que tanto exportaciones como importaciones registraron abruptas caídas de dos dígitos. Aún así, las ventas al exterior cayeron menos que las adquisiciones, y la demanda externa mantiene su aportación al crecimiento.

El empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, se redujo en los últimos doce meses un 6%, lo que, según el baremo que aplica el INE, supone la destrucción de casi 1,147 millones de empleos netos a tiempo completo.

El aumento del paro alcanzó a todas las ramas de la actividad. Las más afectadas siguen siendo las de la construcción (25,9%) y las industriales y energéticas (10,4%). De la consideración conjunta de estas variables, el INE deduce que la variación interanual de la productividad aparente del factor trabajo es del 3,1%, cifra seis décimas superior a la del trimestre precedente. En cuanto a la distribución primaria de las rentas, la remuneración de los asalariados bajó un 2,1%.

El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, en su primera comparecencia pública afirmó que la contracción «puede haber llegado ya a su punto más álgido» y que confía en que la evolución en el segundo trimestre «no va a ser tan negativa».

Salgado explicó que estas cifras a 31 de marzo ya se han quedado antiguas y no representan el estado actual de la economía. Ahora «tenemos otras pistas, esperemos un poco para ver si forman parte de una tendencia sostenible», pidió.