Simoncelli, como pez en el agua y Julián Simón reina en el caos

Instinto de supervivencia. A los pilotos no les quedó más remedio que recurrir a él tras ver cómo estaba el circuito antes de que comenzara la carrera del cuarto de litro. Y de situaciones límite Marco Simoncelli sabe mucho. Lo que no estaba tan claro es que se supiera manejar tan bien con un asfalto húmedo, pero el de Gilera dio ayer un recital sobre mojado. Lo necesitaba. Se movió como pez en el agua en una carrera que vio resucitar a Héctor Faubel. Concluyó en una meritoria segunda plaza, seguido de Locatelli.

Por su parte, Julián Simón reinó en el caos en el que se convirtió la carrera del octavo de litro. Acabaron 15 pilotos pero quedaron fuera 17. El asfalto frío y sin agarre fue como una pista de hielo en la que cada dos por tres uno salía despedido hacia el verde o la gravilla, a la entrada o salida de las curvas. La segunda posición fue para Folger.