Vuelven los 'enanos'

Cuando ya todos creíamos que los enanos políticos habían desaparecido de la faz de España barridos por el tempestuoso tornado que arrasó con todo (a su alcance) bajo el mandato de Felipe González, resulta que no. Simplemente estaban adormilados con un ojo abierto esperando la ocasión para cazar la liebre sin escopeta, piedras o tirachinas, sencillamente poniendo trampas por todos los sitios. En algunas de las trampas, tarde o temprano, la liebre caería.

Los enanos del pasado con el montaje que se les hizo de comedia chunga, hoy disfrutan de su gran fortuna aunque hayan sido expulsados de su partido. Desde luego llorando no están por su condición de despedidos, gozan de todos esos privilegios que les proporcionó su puesto de trabajo (es un decir) y se limpian el trasero con el partido que los expulsó. Los enanos conocen bien la parafernalia de... dame pan, y dime tonto. Y ellos saben que es muy difícil que lo metan en la cárcel. ¡Los reyes del mambo!

Después de la limpieza étnica de los del capullo rojo, nuevamente vuelven los de escasa estatura moral bajo la carpa del Circo de la Gaviota, para ofrecernos su esperpéntico espectáculo de sombras grotescas que asustan al espectador. El caso Gürtel es tan vergonzoso y ruin como son todos los casos de piojosas corrupciones que practican con frecuencia nuestros dirigentes... el que se salva es; porque tiene una carta guardada en la bocamanga. ¡No nos engañemos!

Si yo hubiese sido el presidente de la Generalitat de Valencia hubiera preferido como regalo un crecepelos efectivo mejor que un traje de dos millones y pico de los antiguos. ¡Pero no! Prefieren eso que ahora se llama bienes especiales. Esa cantidad sale de nuestros raquíticos bolsillos, mientras que un padre de familia tiene que conformarse con un traje de cien euros para la comunión de su hija.