«Veo en la delgadez un punto interesante»

Ropa, perfumes, alfombras... Ángel Schlesser aplica su creatividad a todo lo que toca. Cántabro de ascendencia alemana, estudió Derecho, pero acabó enganchado a la moda. Sus diseños han cautivado a la infanta Elena y a muchas otras mujeres que aprecian un estilo sobrio, elegante y sin estridencias. Por diseñar, Schlesser ha diseñado hasta la etiqueta de un reserva. Lo último: las invitaciones para la fiesta de verano del Grand Hotel Central, el lugar en el que le gusta quedarse cuando está en Barcelona.

-Schlesser no suena a diseñador español.

-Es un apellido alemán. Viene de mis bisabuelos. Soy cuadriculado, pero no creo que sea por eso.

-¿Cómo es su fondo de armario?

-Vaqueros, vaqueros, vaqueros... Camisas blancas o de rayas. Y trajes negros o azul marino.

-¿Minimalista?

-Comparto eso de que menos es más, pero el minimalismo es una apuesta muy radical. Yo hago lo que me sale y me salen tonos suaves y diseños poco recargados. Cuando intento poner un vivo de otro color, pienso: '¡Qué pereza!'.

-Estamos en pleno aniversario de Coco Chanel. Ella decía que nunca se es suficientemente rica...

-Ni suficientemente delgada. Y tenía bastante razón.

-¿Lo comparte?

-No me parece tan mal, quizá porque he sido gordito toda mi vida y veo en la delgadez un punto interesante.

-En plena crisis, vas a Zara y sigue lleno. ¿Tiene que ver con la moda o con la compra compulsiva?

-La necesidad de consumir existe y la crisis también. El otro día me decía un cocinero que sigue llenando su restaurante, pero que la gente antes consumía 50 euros y ahora, 35. Creo que nos vamos a quedar mucho tiempo en esta situación. Vivimos una época muy alegre y de excesos, pero eso se acabó. Y más con la desastrosa política económica del Gobierno.

-Vicky Martín Berrocal abrió una tienda suya en Sevilla. ¿La sigue vistiendo?

-Casualmente, me acaban de decir que nos ha pedido algo para la próxima comunión de su hija.

-¿Vicky es su musa?

-Es una mujer guapísima, divertidísima, a la que adoro. Pero quizá mi ideal estético vaya más por otros derroteros.

-¿Carla Bruni, tal vez?

-La conocí hace muchos años. Y la verdad es que a mí me gustaba más antes. Se ha convertido en la Grace Kelly del momento. Carla era impresionante, sí, pero ahora con esa postura de mujer comedida que tiene ya no es tan atractiva.

-Ahora entiendo por qué entre sus musas figura Rosario Nadal.

-Ella es alta, delgada y elegante. Pero elegante por dentro y por fuera. Quiero decir que tiene una personalidad definida, es coherente con su criterio, es buena persona...

-¿Es cierto que la infanta Elena está entre sus clientas?

-Cierto.

-¿Y le pide consejo?

-Precisamente, ayer estuvimos con ella un rato, decidiendo un poco su vestuario de estos próximos meses.

-¿Ha vuelto doña Elena a los diseñadores españoles, tras separarse de Jaime de Marichalar?

-Precisamente, fue por don Jaime que la Infanta empezó a ser clienta nuestra. Y no lo dejó de ser en ningún momento. Lo que ocurre es que quizá para determinadas ocasiones recurre a la alta costura.

-¿Es Naty Abascal el gran icono de la elegancia española?

-De la española, usted lo ha dicho.

-Como musa de Valentino me la hacía más internacional...

-No, yo creo que lo suyo, con o sin Valentino, es un poco más 'faralae'. También Rosario (Nadal) viste de Valentino.

-¿Ponen velas los diseñadores españoles para que les elija la princesa Letizia?

-Bueno, yo no soy creyente.

-¿Ha llevado ella algo de Schlesser?

-Alguna cosa. Y a mí me llena de orgullo que cualquier persona lleve una prenda mía. Y si la lleva bien, doble orgullo. Pero se lo agradezco tanto a una mujer anónima como a la princesa de Asturias.

-Ha diseñado una etiqueta para una botella. ¿Tiene pasión por el vino?

-Desgraciadamente, sí, ja, ja... Diseñé una etiqueta para un reserva del 94. Pero no busque usted esa botella porque, como suelo decir en broma, me la he bebido.