Economia

La economía española sufre en el primer trimestre la mayor caída de la historia

El BCE augura una «muy débil actividad» en la zona euro para el resto del año

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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La economía española sufrió en el primer trimestre el mayor desplome de la historia o, al menos el más pronunciado desde que arrancó la serie de datos de la Contabilidad Nacional. El Instituto Nacional de Estadística informó ayer de la caída del Producto Interior Bruto en un 1,8% respecto a la recta final de 2008, y de un retroceso del 2,9% con relación a los meses de enero a mayo del pasado ejercicio. Son las mismas cifras que ya anticipó el Banco de España, en fuerte contraste con las previsiones que aún mantiene el Gobierno. La desaceleración ha cobrado un ritmo de vértigo: hace doce meses, la economía española presentaba un crecimiento anual del 2,7%, y el avance del primer trimestre de 2007 era nada menos que del 4%.

El desplome está causado por el hundimiento de la demanda nacional, compensado sólo en parte por la aportación positiva del sector exterior. Habrá que esperar hasta el miércoles para conocer los detalles, pero los indicadores avanzados ya apuntan una persistente caída del consumo de los hogares, el ascenso del gasto de las administraciones públicas -necesario para mantener los niveles de protección social con menores ingresos- y los continuados y fuertes descensos de la inversión en la construcción y los bienes de equipo.

El relativo reequilibrio del sector exterior se produce como consecuencia de la desaceleración de las ventas españolas -sus principales mercados también están en recesión- y de un más acusado recorte de las importaciones, derivado a su vez de la debilidad de la demanda interna y el mínimo pulso de la inversión.

Los analistas creen que España está atravesando la fase más aguda de la crisis. El instituto emisor ya explicó en su informe de coyuntura que en los primeros meses coincidieron la menor renta disponible de las familias por la destrucción de empleo, una abultada caída de las cotizaciones bursátiles, el descenso de los precios de las viviendas y el endurecimiento de la financiación, factores que llevaron al drástico recorte de los gastos de consumo. El escenario económico de larga recesión y la reducción de las ganancias colapsaron los proyectos empresariales. Y, finalmente, todas las ramas de la producción se resintieron. Tras la construcción y la industria, la crisis ha llegado a los servicios.

Los indicadores más cercanos muestran, por ahora, signos poco claros. La confianza del consumidor remonta -tal vez por haber tocado mínimos-, las compraventas de viviendas aumentaron un mínimo 0,7% en marzo respecto a febrero y si bien el consumo de cemento se desplomó un 44,8% en los cuatro primeros meses del ejercicio, el ritmo de descenso se atenuó ligeramente en abril.

También la economía europea evolucionó en el primer trimestre peor de lo previsto. Lo constata el Banco Central Europeo (BCE), que en su informe mensual reconoce que el debilitamiento «parece haber sido significativamente más acusado de lo proyectado en marzo». Admite que, en fecha más reciente, «los datos de las encuestas han mostrado ciertas señales de estabilización, aunque en niveles muy bajos». Por eso, el BCE concluye que, en la zona euro, «es probable que la actividad económica sea muy débil durante el resto del año y se recupere gradualmente en 2010».