Los que no se divierten

Crisis aparte, no todo el mundo puede disfrutar de la Feria. Hay una minoría que trabaja durante los días más codiciados por los portuenses. Dentro de este grupo se encuentra David, un agente de la Policía Nacional «de los de El Puerto de toda la vida», que no pudo disfrutar de el viernes y el sábado de Feria. No obstante, asume sin problemas que es su obligación, sin que le duelan prendas. Otros se lo toman mejor. Manuel Jiménez es conductor de autobuses y no le supone un suplicio trabajar. Paco Corzo también lo encaja bien, aunque desde otro punto de vista. Es miembro de la Junta de Gobierno de Los Afligidos y trabaja duro casi todos los días sin cobrar en la caseta de su hermandad. Francisco Artola trabaja en una caseta de camarero. Le gusta esta fiesta pero prioriza la necesidad de trabajar y sacar un dinero que pude venir de perlas en tiempos de crisis económica. Gabriel Andrade ha tenido también que privarse de la Feria. Su novia permanece convaleciente de una operación. En su caso, prima la responsabilidad y sabe que ferias hay muchas. «Lo importante es estar al lado de quien nos necesita».