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Ratzinger, en la pelea por el bautismo de Jesús
| JERUSALÉN Actualizado: GuardarEl último acto del Papa en Jordania, antes de partir hoy a Tel Aviv, fue la visita al llamado Lugar del Bautismo, un paraje del Jordán a 50 kilómetros de Amán donde se sitúa, o se quiere situar, tanto por interés religioso como turístico, el bautismo de Jesús por San Juan Bautista. Esta zona se denomina Betania al otro lado del Jordán y ha sido potenciada desde que en 1996 algunos descubrimientos arqueológicos -iglesias, restos arquitectónicos, piscinas- llevaron a determinar con precisión algo tan escurridizo como el lugar exacto del bautizo. Las pruebas, además de vestigios romanos del siglo III y un templo bizantino del V, son las referencias bíblicas, que hablan de un punto entre Jericó y el mar Muerto, y la tradición de peregrinaje al lugar.
El recinto, Wadi Al-Kharrar (valle melodioso), se ha convertido en un pequeño parque temático, con una visita de una hora a pie y en autobús de siete euros por este lugar polvoriento, donde se muestra con solemnidad una poza que han llenado de agua las lluvias primaverales. El Jordán ahora discurre a unos 200 metros y al otro lado del riachuelo, a un tiro de piedra, está la orilla israelí y las alambradas. Hay un templo greco-ortodoxo nuevecito y al lado soldados jordanos que interrumpen su vigilancia para rezar mirando a La Meca. La paz con Israel en esta tierra de nadie facilitó el desarrollo turístico y la visita de Juan Pablo II en 2000 lo consagró.
La dos orillas
Ayer Benedicto XVI puso la primera piedra de dos templos más, en la curiosa competición constructiva entre confesiones cristianas típica de Tierra Santa. Jordania está encantada con la legitimación espiritual porque el año pasado recibió 200.000 visitantes a este lugar. Sin embargo hay un problema: israelíes y palestinos dicen que el bautismo en realidad tuvo lugar en su ribera. Ellos lo sitúan en Qasr Al-Yahoud (fortaleza de los hebreos), cerca de Jericó, en la palestina Cisjordania. Para no dar la razón a nadie, Juan Pablo II decidió visitar los dos recintos y fue a este último durante su etapa en Israel. Sin embargo a Benedicto XVI, no le interesan estas diatribas, o porque apuesta por la tesis jordana sólo ha ido a esa orilla. Ayer, en las calles de Belén, los palestinos se lo echaban puntualmente en cara.