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Kirchner acude al rescate de su mujer
El ex presidente argentino se postula como candidato a las legislativas de junio para intentar frenar con su tirón electoral la caída en picado del Gobierno de Cristina Fernández
| BUENOS AIRES Actualizado: GuardarCon una jugada audaz, casi temeraria, el ex presidente argentino Néstor Kirchner (2003-2007) se autoproclamó ayer candidato a diputado para los comicios legislativos del 28 de junio, la primera prueba electoral del alicaído Gobierno de su esposa, la presidenta Cristina Fernández, que asumió el cargo hace diecisiete meses. La decisión de Kirchner de postularse como primer aspirante del distrito más populoso del país -la provincia de Buenos Aires- revela la fuerte debilidad del Ejecutivo y fue adoptada en la medianoche del sábado, en el límite del plazo fijado para inscribir candidatos.
El Gobierno ya había demostrado en su momento su preocupación al proponer un proyecto de adelanto de las elecciones de octubre a junio, a fin de evitar un mayor desgaste. Ahora ha decidido jugar la mejor carta, la de Kirchner candidato, y aun así, puede que no sea suficiente para ganar. El ex presidente finalizó su gestión en 2007 con una popularidad de 70%, pero evitó postularse para la reelección y en cambio propuso a su esposa como candidata a sucederle. Ahora Cristina está cerca de llegar a ese porcentaje pero de rechazo, por lo que su marido, que fingía ser sólo «el primer caballero», sale a su rescate.
Las elecciones han sido convocadas para renovar parcialmente las cámaras de diputados y de senadores donde el oficialismo tiene mayoría. Pero de acuerdo a las encuestas, será difícil que el Frente para la Victoria -la agrupación creada por los Kirchner dentro del Partido Justicialista- consiga retener esa hegemonía. Los sondeos anticipan que la votación convertirá al partido en el poder en la primera minoría en ambas cámaras, un hecho que obligará a una negociación constante con la oposición. Pero el matrimonio no está habituado a buscar el consenso. Gobierna con mayoría o amenaza con irse, según vaticinan observadores cercanos al oficialismo. Por eso estos comicios adquieren ribetes dramáticos. El ex presidente y su esposa insisten en que el caos sobrevendrá si no consiguen retener la mayoría.
Paso obligado
Como presidente del Partido Justicialista, Néstor Kirchner había anticipado que podría ser candidato a diputado nacional, pero los analistas sostenían que esa era una alternativa para el caso de que las encuestas no fueran favorables. Con el tiempo, los sondeos revelaron que hacía falta poner toda la carne en el asador. Pero aun así, el desgaste de Cristina es tan grande y el aislamiento en el que gobierna tan marcado, que ni siquiera esa carta puede asegurar una victoria.
De hecho, los primeros sondeos realizados antes de la confirmación de Kirchner como candidato indicaban que el oficialismo ganaría por apenas dos puntos porcentuales a Francisco de Narváez, principal opositor en la provincia de Buenos Aires -donde vota el 40% del censo electoral-. De Narváez hasta hace poco pertenecía al oficialismo. Pero junto a otros dirigentes se distanció de Kirchner y su esposa tras el largo conflicto con el campo que desgastó fuertemente la figura de la presidenta durante la primera mitad de 2008.
Entre la crisis con los productores agrarios y los efectos locales de la debacle financiera internacional Fernández ha comenzado a deslizarse por una pendiente de impopularidad que no logra remontar. Ni las reiteradas promesas de una vuelta a la prosperidad que reinó durante la presidencia de su esposo ni el fantasma del caos imperante en el ocaso de 2001 consiguen sumar el ansiado apoyo que la dirigente necesita para llegar a 2011. Las encuestas de los últimos meses señalan que Cristina acumula un 66% de rechazo, lo que seguramente se expresará en junio en las urnas.