Adolescentes a subasta
La Fiscalía de Granada investiga una fiesta para menores donde se pujaba por las chicas con dinero del 'Monopoly'
Actualizado: GuardarUna discoteca de Granada organizó el 25 de abril una fiesta para menores de 14 a 18 años en la que los chicos podían pujar por las chicas utilizando dinero del Monopoly. Ellas, adolescentes, subían a la pasarela, bailaban y se contoneaban para animar la puja. El que más pagaba se quedaba con la chica. Los dueños del local juntaban a las parejas en un palco VIP para que pudieran conocerse más a fondo y les invitaban a un refreso. Porque el alcohol está prohibido en estas fiestas light, no así las ideas de dudoso gusto, a juzgar por la polémica que ha suscitado la iniciativa, -nada demasiado nuevo si han visto el programa Mujeres y hombres y viceversa-. Para algunos, sólo fue un juego entre chavales que de ingenuos tienen ya bastante poco. Para otros, sexismo agravado por la edad.
El caso no se destapó porque una de las jóvenes, sintiéndose res en feria de ganado, se lo contara a un adulto. No. Un chico que asistía a un taller que el área de Igualdad de Oportunidades del Ayuntamiento granadino organiza por los institutos mostró a la monitora un flyer, esas tarjetas que se reparten en la calle para invitar a la gente a determinados bares o eventos. Decía: «Subasta de solteras. ¡La mejor forma de encontrar pareja!».
La Sección de Menores de la Fiscalía Provincial de Granada ya ha abierto diligencias de oficio para investigar esta fiesta, que para la concejala de Igualdad y Bienestar Social, Ana López Andújar, es «total y absolutamente reprobable». Añadió que ninguno de los padres se ha quejado.
Sí protesta la Federación de Mujeres Progresistas de Granada, que pide prohibir estas «subastas por degradantes y machistas». También opinó la ministra de Igualdad, Bibiana Aído: «No es propio que una situación así se dé en una sociedad como la nuestra, en un país avanzado, moderno y que se sitúa a la vanguardia en políticas de igualdad».
Los padres de la criatura son dos universitarios de 21 y 22 años contratados por la discoteca Granada10 para organizar eventos como éste; según el abogado del local, «una fiesta inocente y sin contenido sexista».