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MIGUEL GONZÁLEZ SAUCEDO PRESIDENTE DE LA CEC Y GERENTE DE VIPREN

Prototipo de empresario chiclanero

R. V.
| CÁDIZActualizado:

De los 51 años de vida de Miguel González Saucedo, 37 han estado dedicados al mundo de la empresa. En plena adolescencia, su padre lo reclamó para ayudar en la empresa familiar Vipren, dedicada a la industria de prefabricados de hormigón. Desde entonces, no ha cesado de trabajar en ella y hace ocho años la Confederación de Empresarios de Cádiz lo requirió para hacer frente de la institución. Dos llamadas que han marcado la existencia del chiclanero que iba para abogado y que tras una primera experiencia en Vipren, ocupó la presidencia de la Asociación Provincial de empresas de la Construcción y, a través de ella, entró en la CEC. Tantas idas y venidas las sufren su esposa y sus dos hijos.

Cercano, sencillo, amable, comprometido, trabajador, inteligente, luchador incansable, colaborador, abierto, discreto y honrado. En su dilatado recorrido en el entramado social de Cádiz, González Saucedo, ha cosechado tantos calificativos pertenecientes al «lado izquierdo del cerebro», recuerda su vicepresidente, que sólo se pueden amortiguar con una infinita modestia. De aquí para allá, en Madrid, en Cádiz o en su Chiclana natal, el gerente de Vipren, siempre busca un hueco para sus pasiones, la comida de su madre y el deporte. La primera la soluciona con una visita a la casa familiar y la segunda la sacia a través de la Fundación Vipren. Su gusto por el submarinismo y el balonmano es similar al de su faceta de cazatalentos y mecenas del deporte base. Amigo del ex ciclista Federico Martín Bahamontes, Miguel González se puede vanagloriar de sus dotes premonitorias.

En una de las fastuosas galas del deporte que organiza, recibió la visita de un cuasi desconocido Alberto Contador. «Este chico llegará lejos», predijo en relación al futuro vencedor del Tour de Francia. Una muestra del olfato y la sensibilidad que ha derrochado también en su carrera profesional y que lo ha erigido en un prototipo de empresario chiclanero: el que parte de cero y alcanza las más altas cotas a base de tesón y entrega.

Gran conocedor de la cultura e historia de su provincia, Miguel rezuma gaditanismo allá por donde pisa. En bañador se le pudo ver durante la exhibición aérea celebrada en Cádiz hace unos meses. O enfrascado en sus labores de coleccionismo -es amante de la filatelia y la numismática-, y su apuesta por la cultura andaluza -la música local es otra de su aficiones-.