
Las cosas que emocionan
Fue el primero en aplicar las sensaciones humanas al diseño de objetos. Mitsuo Nagamashi, inventor de la ingeniería Kansei, es uno de los artífices del éxito de la industria nipona
Actualizado: Guardar¿Alguien sabe por qué el Iphone de Apple es hoy uno de los más vendidos en el mercado? El ingeniero Mitsuo Nagamashi (Kobe, 1937) lo sabe. Nadie imaginaría al ver caminar a este viejo profesor con su mochila al hombro entre jóvenes por el Parque Tecnológico de Málaga, donde ha impartido un curso, que él es el inventor de una de las tecnologías con más escuela en el diseño industrial. Él no diseñó el Iphone, pero Apple es una de las muchas empresas que desde hace años utilizan la ingeniería que este hombre bajito que camina rápido como un gorrión inventó en 1970. Se llama Kansei, que en japonés significa sensación y sensibilidad, y supuso un revulsivo en la industria japonesa y es, en parte, artífice de su éxito mundial. Con él acabó la industria de masas y empezó la individualizada.
Nagamashi era profesor en la Universidad de Hiroshima cuando se dio cuenta de que muchos objetos enfadaban a la gente. Su intuición no le falló y su imaginación apoyada en sus conocimientos de ingeniería y la milenaria cultura japonesa tampoco. El ingeniero y profesor emérito de varias universidades explica lo que significa Kansei y por qué lo inventó. «Es una ingeniería con enfoque emocional», resume. Pero abunda luego: cuando una empresa intenta tener beneficios le debe importar los sentimientos de sus clientes, porque estos antes de comprar tienen expectativas de lo que quieren. «Esto se puede hacer desde la ingeniería».
Él lo hizo. Fraguó una metodología de desarrollo ergonómico basada en trasladar y plasmar las percepciones, sensaciones y gustos del consumidor en los elementos de diseño que componen un producto. Es decir, empezó a diseñar objetos que produjeran sensaciones placenteras al usarlos.
Una moderna nevera
Por ejemplo, Nagamashi se percató de que las mujeres japonesas detestaban que los congeladores de la nevera estuvieran en la parte superior. Ya saben entonces quién realizó el primer diseño de un frigorífico con el congelador en la parte baja. Fue en 1979 y lo inventó para la multinacional Sharp. Luego ha sido copiado por otras. Para esta misma empresa japonesa ideó una videocámara en 1980 que fue la primera en rotar 315 grados. Aplicó un principio de ergonomía física para que el cámara «no tuviera que doblarse al realizar las tomas».
La ingeniería Kansei es aplicada a todas las disciplinas de diseño. Sus trabajos son innumerables y tocan todos los campos, desde envases para medicamentos, cremas de belleza, gel de baño o muebles, hasta componentes para vehículos. Es en este campo donde adquirió más fama, ya que ha llegado a trabajar para las grandes compañías de automóviles como Nissan, Mazda, Volvo y Mitsubishi, ideando interiores sencillos y de manejo fácil donde el confort primara sobre el lujo, o motores innovadores, como el híbrido de Nissan datado en 1995.
Revolucionario fue el coche Mazda Mx5, el roadster o descapotable más vendidos de la historia del automóvil. El director general de la compañía le invitó a que implementara la ingeniería Kansei en uno de sus vehículos. Con libreta y cámara de fotos en mano se dedicó durante varios días a entrevistar a los jóvenes sobre lo que buscaban en un coche. Eran los años ochenta. «Supe que lo que a los jóvenes les gusta sobre todo es que el coche acelere rápido. Por ello decidí cambiar la ingeniería del motor». El modelo salió al mercado en 1987 y no sólo aceleraba más que ninguno al arrancar, sino que su diseño exterior e interior cautivó a los jóvenes y a los no tanto. «Lo diseñé todo, desde la carrocería, los asientos, el salpicadero y el volante, además del motor», detalla inevitablemente satisfecho.
El origen del 'Wonderbra'
Como satisfechos dice que deben sentirse las personas que adquieren cualquier objeto. Cuando la empresa Wacoal le encargó a principios de los noventa el diseño de un sujetador, investigó hasta conocer que a las mujeres japonesas les gustaba y les hacía más felices que el pecho quedara levantado y simétrico. Pero no fue sólo a las chicas japonesas. Sus dos modelos de 1992 y 1993 fueron precedentes del famoso Wonderbra de 1994, que dio al traste con la moda de pechos planos y hippies (sin sujetador) de los ochenta. Sonríe abiertamente al explicar cómo diseñó el sujetador y luego añade que también inventó unas bragas que realzan el trasero.
La técnica Kansei se aplica igualmente a objetos menos frívolos. El profesor se extiende al detallar las razones por las que llegó a diseñar el colchón Luckmatair (Panasonic). «Está pensado para prevenir las escaras, una enfermedad que aqueja a las personas que deben estar mucho tiempo acostadas». Se refiere a esas úlceras tan difíciles de curar de personas encamadas largo tiempo. «Visité hospitales y deduje que por el material del colchón, el peso del paciente y la presión, se producían las escaras». La solución llegó después de seis meses de estudio: un colchón de poliéster de tres dimensiones que amortigua la presión del cuerpo y alivia la circulación sanguínea. Con este mismo material diseñó asientos para trenes y para sillas de ruedas.
Retrete inclinado
Uno de sus proyectos últimos es un retrete ergonómico en tres dimensiones, con una inclinación de 30 grados y que incluye brazos. Data de 2005 y está pensado sobre todo para personas mayores. «¡Ah!, y ahorra agua», apostilla Nagamashi.
Tal como Nagamashi lo explica, la ingeniería Kansei parece cosa fácil, pero en realidad su metodología es compleja. Tarda un año, por ejemplo, en diseñar un vehículo. Casar las emociones de los consumidores con el objeto requiere del concurso de ingenieros, matemáticos, físicos e informáticos. Incluso para algo tan sencillo como la apariencia de una lata de cerveza, o envoltorios medicinales que resulten atractivos e interesantes y con mensajes claros sobre su uso, se requiere un minucioso encaje de datos en el ordenador antes de que surja el diseño definitivo.
Nagamashi es toda una institución en Japón, cuyo gobierno ha adoptado la ingeniería Kansei como una estrategia o política de estado, no sólo para el país, sino también para ser exportada. Julio Lorca, director del Instituto de Innovación para el Bienestar Ciudadano, con sede en el PTA, y anfitrión esta semana de Nagamashi, explica que el inventor de la ingeniería Kansei ha sido «el artífice de todo el diseño al que se debe parte del éxito a escala mundial de la industria japonesa de los treinta últimos años».
La ingeniería Kansei cuenta ya con más de 2.000 seguidores en el mundo. El ejemplo de Apple, multinacional que aplica su técnica, es el más sonado. La Sociedad Kansei, fundada por el profesor Nagamashi, dispone hasta ahora de 1.200 personas afiliadas.
La Red crece a medida que la industria se percata de que los clientes no sólo siempre tienen razón, sino también sentimientos.