
López priorizará la lucha contra ETA y el desarrollo del Estatuto de Gernika
La primera iniciativa del nuevo gobierno socialista vasco será aprobar una batería de medidas contra la crisis
| COLPISA. VITORIA Actualizado: GuardarEl socialista Patxi López pondrá fin hoy al monopolio del PNV en la Presidencia del Gobierno vasco, pero a la vez heredará las controversias pendientes con Madrid. El futuro lehendakari dará espacio relevante en su discurso de investidura a la profundización de la lucha contra ETA y al desarrollo del Estatuto de Gernika, dos asuntos que han motivado serias fricciones entre las administraciones vasca y central durante los diez años de mandato de Juan José Ibarretxe.
El Parlamento de Vitoria será escenario del primer relevo de los nacionalistas en el Ejecutivo vasco, cuya jefatura han detentado desde 1936. Se espera una ceremonia multitudinaria. Pero, tras el debate, la votación y las emociones del momento, López tiene por delante la tarea de coser los viejos desencuentros con el Gobierno central.
Antes, dicen fuentes del PSE, el nuevo Ejecutivo aprobará una batería de medidas para hacer frente a la crisis en torno a dos ejes: inyección de gasto público a los sectores más en riesgo y diálogo social. Una respuesta que nacerá lastrada, según los socialistas, porque el Gobierno de Ibarretxe aprobó en los estertores de su mandato desembolsos por más de 200 millones de euros, y por la decisión de los sindicatos nacionalistas de recibir al nuevo gobierno con una huelga general el 21 de mayo.
El Ejecutivo socialista se ha puesto tres tareas prioritarias: normalizar las relaciones con el Gobierno central, redoblar la lucha contra ETA y retomar el traspaso de competencias.
Los vínculos institucionales se restañaron desde la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a La Moncloa después de una etapa de turbulencias con José María Aznar, pero las relaciones han estado presididas por el desencuentro provocado la línea soberanista de Ibarretxe.
El nuevo Gobierno vasco espera cerrar rápido el traspaso de las políticas activas de empleo, competencia que tienen casi todas las autonomías menos Euskadi porque los gobernantes nacionalistas exigieron siempre que llevara aparejada la gestión de las prestaciones económicas del desempleo.
El País Vasco ha soportado una larga sequía de transferencias. Desde 1999 a diciembre de 2008 sólo se acordó la cesión de la competencia de investigación, desarrollo e innovación, a cambio del respaldo del PNV a los Presupuestos del Estado para 2009.
El Gobierno, tanto en la etapa de Aznar como en la actual, ha achacado este vacío a la nula voluntad del nacionalismo para desarrollar el Estatuto de Gernika, un marco normativo que el PNV, a su vez, dio por agotado hace muchos años por la, a su juicio, racanería de la administración central para ceder nuevas competencias.
El asunto más delicado, pero en el que es más fácil avanzar, es en la lucha contra ETA. Siempre se ha manejado con sordina, pero era un secreto a voces en el Ministerio del Interior el malestar por los escasos éxitos de la Ertzaintza contra la organización terrorista y su entorno.
En los últimos cinco años, la policía autonómica no practicó detenciones relevantes y sólo el pasado 1 de marzo, el día de las elecciones, desarticuló de forma parcial un grupo operativo responsable de varios de los últimos atentados en Guipúzcoa.
Con un socialista al frente de Interior vasco, la coordinación y el intercambio informativo se perfila más factible. Y está garantizada una menor permisividad para la actividad pública de los simpatizantes de ETA.