Jaime Mayor Oreja, entre Mariano Rajoy y Luis de Grandes, el domingo, en un mitin electoral en Guadalajara. / EFE
ESPAÑA

El PP busca con las europeas un plebiscito que debilite a Zapatero

El partido opositor se moviliza para conseguir una alta participación que permita valorar la medida de su éxito

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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«España se juega mucho, se juega su futuro en las elecciones europeas», proclamó ayer la secretaria general del PP, Dolores Cospedal, con la intención de aportar a los comicios del 7 de junio una relevancia que, hoy por hoy, no le concede la opinión pública española. La número dos del partido opositor demostró, en la rueda de prensa posterior al comité de dirección, que el PP busca la máxima movilización en estos comicios porque cree que una alta participación del electorado puede dar la medida de su éxito.

Al contrario de lo que ha ocurrido en convocatorias anteriores, los populares están convencidos de que la afluencia de los electores a las urnas ya no es su enemiga natural, sino el síntoma del malestar de los ciudadanos con el Gobierno y el respaldo a la alternativa que representa el PP. Una suerte de plebiscito sobre la continuidad de José Luis Rodríguez Zapatero.

La dirección del PP cree que los españoles suelen castigar a los partidos en el poder en las elecciones al Parlamento Europeo porque el resultado no tendrá trascendencia inmediata en sus vidas. «La gente piensa que el voto en las europeas sale gratis», argumenta uno de los asesores de Mariano Rajoy, que asegura que sólo irán a votar los más fieles a los partidos políticos que se sienten perjudicados por las decisiones del Gobierno, al que culpan de sus problemas económicos.

La candidatura que encabeza Jaime Mayor Oreja tratará de capitalizar la crítica social por la crisis y su estrategia electoral estará diseñada para tensar un debate político que no parece que vaya a despertar pasiones.

Para despertar el interés, el PP trata de convertir estas votaciones en la «moción de censura» de los españoles contra José Luis Rodríguez Zapatero, como acostumbra a decir la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Con la misma intención, Rajoy suele dejar en el aire la posibilidad de propinar un castigo parlamentario al presidente del Gobierno si las europeas reflejan un incuestionable enfado de los ciudadanos. Cospedal volvió a mencionar tal posibilidad ayer, cuando declaró que su partido «no descarta» presentar una moción de censura después del 7 de junio.

Tras de comprobar que la alta participación de los gallegos en las autonómicas de marzo encumbró a la Xunta a Alberto Núñez Feijóo, los populares están decididos a agitar no sólo a su electorado, sino también al de los otros partidos de la oposición para que expresen su malestar en las urnas.

El equipo electoral popular espera una asistencia a las votaciones superior a la registrada en 2004, que alcanzó el 46% del censo y que los expertos atribuyen al agotamiento del electorado porque había participado en los comicios generales apenas tres meses antes.

En la dirección popular está instalada la creencia de que el triunfo electoral en las europeas está asegurado y sólo existen discrepancias sobre las estimaciones de la ventaja que se calcula conseguir sobre el PSOE. Los más optimistas hablan de nueve puntos por encima de los socialistas mientras que los realistas hablan de dos puntos y, en todo caso, un mínimo de dos escaños de distancia con sus adversarios.

Ante las últimas encuestas, Cospedal dijo que «está claro que se demuestra una preferencia por el PP», que su política va «en la buena dirección» y que los españoles «quieren que haya un cambio» en el Gobierno porque Rodríguez Zapatero preside un gabinete «errático sin objetivo ni plan a seguir para luchar contra la crisis económica».