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Una travesía con mucha vida
El vial comenzó a llamarse así en el año 1996 a solicitud de la asociación Cine-Club Popular Fernando Viola fue un abogado cinéfilo que además escribió mucho sobre el séptimo arte
| JEREZ Actualizado: GuardarVolvemos a aterrizar en la calle Fernando Viola. Un jerezano casi desconocido para muchos en una calle muy frecuentada por todos. Una travesía que se ensancha hasta llegar a la avenida de México. Sí, México en Jerez, pero sin gripe alguna. Así que volvemos a la gran calle, a observar los naranjos con sus hojas que parecen de plata fina cuando el sol aprieta. Llegamos y, como no podía ser de otra manera, nos la encontramos con mucha vida.
Pero prometíamos, la semana pasada a nuestros lectores ofrecer algunos datos sobre don Fernando Viola. Y, en este caso, José Luis Jiménez, presidente del Cine-Club Popular, nos centra el balón para rematar a la puerta de la solución al enigma. Fernando Viola Sánchez nació en Jerez en 1897 y falleció en Madrid en el año 1977. Fue abogado, cinéfilo y escritor de cine. Además, también destacó como promotor y Secretario General del I Congreso Hispanoamericano de Cinematografía, celebrado en Madrid en 1931. Fundador y primer presidente, en 1945, del Círculo de Escritores Cinematográficos. Por cierto, asociación de críticos y escritores de cine que aún se existe. Pues, más o menos, descifrado el enigma que planteábamos la pasada semana.
No sabemos si la vida de la calle se acerca a aquellas screwball-comedy que rodaba Howard Hawks. Pero sí existen restos en la calle de que aquello debió parecerse a La Fiera de mi Niña. Y si no, ¿dónde están ahora The New Sinatra, Arcoiris, los masajes en Rayos Uva, Saura o la mercería Zinnia? ¿Adónde se han metido sus dueños que queremos saber más de esta calle? Dicen los vecinos que la crisis se lo han llevado. Y no han dejado nada más que los rótulos en las puertas, con telarañas en los luminosos y esa suciedad propia del abandono. Fátima Fernández, de la tienda Decora y Estilo, nos dice que han sido muchos los que han tenido que cerrar. «Algunos han durado poco, otros llevaban muchos años aquí. Pero la crisis es así». Fátima trabaja en la tienda decana de la calle. Francisco Javier Caballero, que es el propietario, lleva nada menos que 21 años con la tienda abierta. «Rara es la casa donde no haya entrado mi jefe para montar, por lo menos, unas cortinas», subraya Fátima. Decoración de interiores y especialidades en tapizados y cortinas. «Y mucha seriedad con el cliente. Y también apunta que no somos caros. Que es posible contar con decoradores para convertir una casa en un hogar cálido y con buen gusto». Francisco Javier Caballero que llegó a Fernando Viola antes de que se pusiera nombre a la calle. Más o menos se veía el antiguo cementerio, situado en la zona que ahora recorremos.
Es hora de tomar un bocado. Para bocadillos buenos los de Mercafácil. Allí está Juani, con mucha gracia. Despachando cuartos de mortadela y una botella de vino para el guiso. O un kilo de tomates o un litro de lavavajillas. «Aquí andamos, hijo. Yo sólo soy una empleada, pero si te esperas una hora, igual coincides con la jefa», comenta. Mejor será decir que el Mercafácil está abierto todos los días del año. Es algo así como un 902 de consultas alimenticias con derecho a compra. Los clientes entran y salen. Una barra de pan por aquí, un poco de bollería por allá y un bocadillo de carne mechá para una señora que cuenta que es un negocio muy majo.
Leen manufacturing
Justo al lado de la tienda de alimentación está una empresa que también lleva bastante tiempo en la calle. Más o menos, unos diez años. Los mismos que lleva elevado sobre el suelo el edificio Almería. Nos encontramos a dos chicas que no quieren salir en la foto. Sin embargo, si nos informan del amplio abanico de cursos formativos para empresas que dirigen e imparten. Leticia es una de ellas y nos dice que «ofrecemos cursos de todo tipo. Desde los clásicos de prevención de riesgos o técnicas de administrativos hasta alguna rareza como «leen manufacturing» ¿Qué no saben de qué puede ir un curso de estas características? Pues está clarísimo, pero si alguien tiene dudas, le podemos decir que se trata de «estudiar los problemas que afrontan las empresas en el área de fabricación para poder implantar en empresas aeronáuticas la aplicación de leen manufacturing» ¿Todavía no está claro? Pues entonces, quizá, necesiten un curso en Formación 2002, que es el centro al que nos referimos.
Pero esta mañana, las clases están desnudas. Se puede apreciar ese frío ambiente a tiza desolada, a mesas sin libros. A profesor amordazado. Formación 2002, una de las empresas con más auge en la ciudad dentro el ámbito de la formación.
Para tomar café
Fernando Viola tiene otros muchos argumentos para seguir escribiendo. Pero dentro el amplio abanico de motivos de vida, elegimos a Adriana y su bar Café Migao. El bar siempre está con buen ambiente, y se distingue del resto por tener un estante de prensa bastante variado. Revistas del corazón, periódicos deportivos y alguna lectura más.
Sin embargo, al personal parece importarle poco todo aquello. Toda la clientela charla amigablemente en la hora del desayuno y nadie lee. Adriana se dispone a ponernos el café más caliente de Jerez. Sin duda, la máquina ha salido buena. Si no te lo esperas, puedes convertirte en un dragón que echa fuego por la boca. Pero Adriana sofoca todas las quemaduras que la vida te pueda producir. Es Lituana y es bastante guapa. «Pero llevo aquí muchos años», comenta. Su expresividad tiene gracia. Un acento jerezano insertado en una lituana que tuvo que aprender el castellano. La combinación tiene gracia con expresiones como «ssscuchame» o «tampoco é pa tirar cohete».
El ambiente del bar Café Migao es buen reflejo de la calle Fernando Viola. Un señor casi desconocido que, por tener, llegó dar nombre a una de las calles más animadas de Jerez.