Pedrosa lideró la carrera en sus inicios, pero no pudo evitar que Stoner, Lorenzo y Rossi le tomaran de inmediato el rebufo para evitar que el barcelonés de Honda abriera distancias. / EFE
Deportes/Motor

Rossi reivindica el número uno

Adelantó a Lorenzo y Stoner cuando se percató del intento de fuga de Pedrosa y ganó ayer en Jerez ante el reconocimiento unánime

| ENVIADO ESPECIAL. JEREZ Actualizado: Guardar
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Es un depredador. Un tigre de bengala. Si ve una pieza, la caza. Siempre quiere demostrarse a sí mismo que tiene las garras intactas para vencer a cualquiera. Que su agilidad es la misma que hace doce años, cuando se adjudicó su primer Mundial, en 125cc. Hoy tiene 30 primaveras y le cuesta más, pero no ha perdido la turgencia de sus músculos para tumbarse con la moto y obtener unas milésimas de rédito en cada vuelta, en cada curva, en cada frenada. Rossi vio ayer en Jerez que Pedrosa se fugaba en solitario y se puso el mono de trabajo cualificado.

Primero superó a Lorenzo, luego adelantó a Stoner y, cuando calculó que Pedrosa se encontraba a segundo y medio de distancia, atacó como si nunca hubiera ganado un campeonato. Y lleva ocho.

Desde que divisó el colín de la Honda del barcelonés, supo que iba a vencer. Por eso es el mejor. Es el número uno porque nadie es capaz de ver el bosque por encima de los árboles cómo él lo hace. Su manera de afrontar a Lorenzo y Stoner para impedir la fuga definitiva de Pedrosa fue magistral. Es el mejor porque su facilidad para dejar atrás a los oponentes no tiene parangón.

Es el número uno porque sus interiores son inigualables. Es lo mismo que enfrente se encuentren Lorenzo, Stoner o Pedrosa. Mete la Yamaha en el sitio imposible y los deja pasmados. Es el número uno porque todos saben lo que va a hacer y cómo lo va a hacer y, sin embargo, son incapaces de impedirlo. Es el mejor porque después de colocarse en cabeza sabe adquirir la ventaja suficiente para triunfar. Pedrosa intentó seguirle y tiró la toalla.

El imperio en hora

Es el número uno porque corre como un robot y es un genio. Es difícil limar una centésima de segundo en cada giro sin morir de ansiedad. Lo consigue como si tuviera un cronómetro en la cabeza. La diferencia es que su reloj posee una maquinaria latina que inyecta toques de grandezaen una maquinaria perfecta.

Como dirían los castizos, es el number one porque ya escuchaba que no era el mismo, que no ganaba desde Malasia'08 y reaccionó con la confianza de los campeones. Puso el imperio en hora. Es el mejor porque acumula 98 himnos en su honor y este domingo volvió a comentar que Giacomo Agostini debe reaparecer, porque su plusmarca está en vilo. Nadie se burló cuando en 2007 dijo que perseguía ese récord. Sus ironías las confirma con hechos. Es el número uno porque el campeonato gira en torno a lo que él haga o deje de hacer. Este domingo celebró su octavo éxito en Jerez, pero su leyenda no tiene fronteras.

Lorenzo se cayó al intentar alcanzar a Stoner para luchar por la tercera plaza. No hizo valer su pole. Rossi reaccionó al ver las orejas al joven lobo de Yamaha. Dejó claro que los chavales que pretenden su reino deberán sufrir para derrocarle. Es el número uno porque pelea solo ante el peligro. De la edad.

Valentino Rossi, que ya voló en los entrenos libres del viernes, reconoció que en la jornada de calificación se dejó «cosas en el tintero» que ayer sacó en el momento indicado. «Estábamos muy tranquilos con el comportamiento de la moto y los neumáticos». Dani Pedrosa apuntó que lo esperaba y por ello su satisfacción fue mayor con el segundo puesto logrado. «Valentino estuvo muy fuerte durante todo el fin de semana, y sabía que sería rápido en la carrera, y así ha sido. He hecho una buena salida, me he colocado delante, he intentado concentrarme en mi carrera y evidentemente, me hubiese gustado ganar aquí, por mí, por el equipo, y por todos los aficionados. Pero estoy muy contento con este podio, incluso sorprendido».

El gesto pétero se encontraba ayer en el rostro de Jorge Lorenzo, a quien el inconformismo le descabalgó del liderato del Mundial. «La cuarta plaza no era mala, pero cuando estás en casa, delante de los fans españoles la adrenalina sube mucho e intentas dar el máximo. Creí posible llegar al podio cuando rodaba cuarto y quizás lo mejor hubiera sido no forzar tanto en ese momento, pero yo siempre quiero dar lo mejor de mí y entonces cometí un error y tiré por la borda todo el trabajo bien realizado».