Naomi se jubila

Veintitantos años haciendo equilibrios sobre la pasarela, enfundada en trajes a veces imposibles y subida siempre a tacones de vértigo. Son los que lleva Naomi Campbell. Más de media vida en el 'top ten' de las maniquís, en la Primera División de la moda internacional. En este tiempo, cientos de sesiones de fotos, de portadas, de desfiles, de fiestas de postín... y también algunos escándalos que la han sacado precisamente cuando ella no quería.

Ya es suficiente para la bautizada como 'diosa de ébano', ahí es nada... Hoy, a punto de cumplir los 39, anhela dar a su vida un giro de 180 grados y anuncia su retirada un año antes de cumplir sus bodas de plata en una profesión en la que uno comienza con la fecha de caducidad casi puesta, donde no abundan las chicas de cuarenta. A partir de ahora la londinense sólo desfilará por amor al arte, que para ella significa hacerlo por alguna causa benéfica en la que le apetezca implicarse. Nada de contratos millonarios que negociar.

Campbell parece estar ya harta de vivir a caballo entre los aeropuertos y los hoteles de tantas estrellas, preparando maletas a contrarreloj y luciendo palmito por medio mundo. Ahora quiere todo el tiempo para ella y para pasarlo junto a su novio, el millonario ruso Vladislav Doronin, por el que se ha afincado en la fría Moscú. Allí, al calor del hogar, Naomi quiere formar familia.