Reto cumplido: el dispositivo logra satisfacer a los vecinos

Las expectativas poco halagüeñas de los jerezanos que residen en las zonas de mayor concentración motera no se cumplieron, y ayer la asociación vecinal de Chapín mostró su satisfacción sin fisuras por el desarrollo de una Motorada excepcionalmente tranquila para ellos, a pesar de la apertura parcial de la ciudad a las motos.

El presidente del colectivo, Ángel Magro, realizó un balance «bastante positivo» del fin de semana, pues las patrullas nocturnas organizadas por los residentes no han hecho sino confirmar que sus temores eran infundados. «Tengo que reconocer que estábamos equivocados con que la apertura de calles iba a dar problemas. Es más, desde aquí felicitamos a la alcaldesa por lo bien que lo ha hecho»,

Como explicó el presidente vecinal, tan sólo la noche del jueves se produjeron incidentes aunque sin importancia, debido a que aún no se había puesto en marcha el dispositivo policial. El resto de los días, sin embargo, todo se ha desarrollado de forma tranquila incluso en la zona de movida de la avenida Lola Flores. «Allí sí es verdad que había mucha gente y sobre todo mucho motero en los bares. Pero estamos muy contentos».

Magro quiso destacar la evolución, en lo que a él respecta positiva, del desarrollo de la Motorada en los últimos años, desde que se blindó la localidad a los moteros hasta la actual edición, en la que han podido acceder a determinadas áreas urbanas. Así, recuerda que incluso la Federación de Motociclismo estuvo estudiando la posibilidad de llevarse el evento a otro lugar menos conflicto, pero el Ayuntamiento reaccionó a tiempo «en beneficio de nuestra calidad de vida».

Una de las principales preocupaciones que tenían los vecinos era qué ocurriría con el aparcamiento situado justo detrás de la citada avenida, al temer que éste se convirtiera en un botellódromo improvisado. En este sentido, y como los perjudicados solicitaron hace algunas semanas a la alcaldesa, Magro informó de que la Policía Local cortó los accesos al recinto y «había vehículos pero poco follón».

Aunque existieron algunos conatos de botellón en los parques Iguazú y Niágara, Magro apuntó a que «todo ha sucedido dentro de la normalidad». Sólo cabe esperar, por su parte, que la tónica de esta edición se repita en los años venideros.