RILEY KEOUGH PRESLEY MODELO

«Creo que he salido más a mi abuela Priscila»

«Toco el piano de oído, pero no quiero dedicarme a la música», advierte la nieta de Elvis Presley

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Antes de entrar me advierten, amablemente, que no debo preguntar nada sobre Cienciología, credo que por lo visto profesa la entrevistada, ni sobre presuntas relaciones sentimentales. Sentadas junto a Riley, que visita por primera vez España, se encuentran su publicista y una amiga, y no están dispuestas a levantarse. Al fondo está la traductora, de oyente. Otra de esas entrevistas llena de comisarios políticos... Es como si a la nieta de Elvis Presley (19 añitos, rubia, candorosa, aparentemente tímida y un punto asustada) la prensa le fuéramos a contagiar la gripe porcina. Hasta me sorprende que no le hayan colocado una mascarilla.

-Riley, qué nombre tan... original. ¿Significa algo?

-Soy irlandesa. Bueno, yo nací en Los Ángeles, pero mi padre (el músico Danny Keough) es irlandés. Y me pusieron un nombre que viene de Irlanda.

-Y su apellido se pronuncia...

-'Kío', también es irlandés.

-Pero usted utiliza más Presley.

-No, no. Presley es el apellido de soltera de mi madre. Yo soy Riley Keough, a secas.

-Pues en su rostro queda algo de su célebre abuelo.

-¿Ve? No necesito el apellido (risas). Lo llevo escrito en la cara.

-Ha trabajado para Dior, Dolce & Gabbana... ¿Mango no es demasiado casual para usted?

-Para nada. Es un honor que me hayan elegido como imagen. Me gusta mucho que hagan ropa de calidad a buen precio.

-En un mes cumple 20 años. ¿Tiene ganas de pasar a la veintena?

-Pues... La verdad es que me gusta mucho ser una 'teenager'. No estoy precisamente deseando cumplir los veinte.

-¿Qué tiene de bueno ser adolescente?

-Se te permiten hacer más tonterías... Es broma.

-Los adolescentes suelen ser difíciles.

-No es mi caso. Nunca he sido una adolescente difícil. En serio, he sido siempre bastante buena niña. Tengo mis momentos de rebeldía, pero en general, he sido obediente.

-Su madre, Lisa Marie Presley, pese a haber sido una rebelde, tiene fama de ser muy estricta en la educación de sus hijos.

-Lo es. Hasta los 18 años me puso bastantes límites; como por ejemplo no llegar tarde a casa. Pero ahora ya tengo la mayoría de edad, soy adulta.

-¿Es cierto que a los 14 años desfiló en Milán contra la voluntad de su madre?

-No tanto. Pero es verdad que al principio ella era muy escéptica al respecto. Estaba preocupada porque el negocio de la moda puede ser un ambiente duro para una niña. Al final, accedió.

-Ha trabajado con Kate Moss. ¿Cómo es?

-Genial. Me encanta.

-¿Quiere parecerse a ella?

-No tengo pensado hacer este trabajo para el resto de mi vida. No sé muy bien a qué me voy a dedicar...

-¿A la música, quizá?

-Me gusta mucho tocar el piano, pero nunca me dedicaría a la música de forma profesional.

-¿Para evitar comparaciones?

-Por eso y porque nunca he pensado ser cantante. Sí quise ser pianista clásica. Pero lo tenía difícil porque no aprendí solfeo. Toco el piano de oído. Algo habrá quedado en los genes...

-Elvis, su abuelo, es un mito. ¿Para usted también?

-Por raro que parezca, no. Yo siento hacia él lo que cualquier nieto siente hacia su abuelo, salvo, claro, por esa pequeña... diferencia.

-No le ha conocido, pero ¿qué imagen tiene de él?

-En casa nunca me dijeron: «Éste era tu abuelo y fue un gran mito». Simplemente, crecí con ello, viéndole por todas partes. Y acabé aceptándolo como algo natural. Por supuesto, le admiro. Me encanta su música. Crecí con ella. Es algo que aún está vivo.

-¿La música o su abuelo?

-(Risas) Su música, por supuesto, no él.

-¿Entiende el fanatismo alrededor de Graceland?

-Claro que sí. No me parece una locura, sino algo lógico, porque él hizo algo verdaderamente grande.

-Ha posado en varias portadas con su madre y su abuela, Priscila. ¿Hay algo en común en las mujeres Presley?

-¿En cuanto a personalidad? No. Somos totalmente diferentes. Mi madre es probablemente la más fuerte de las tres. Mi abuela es más dulce. Yo he salido más a ella.

-Su madre se ha casado varias veces...

(Aquí interviene la publicista, con un corte en seco: «Haga el favor de hacer preguntas que hablen de moda», ordena).

-Riley, ¿no quiere contestar a eso?

-Bueno, ¿qué me quería preguntar exactamente?

-Si tiene miedo a que le pase lo mismo que a su madre en sus matrimonios con Nicholas Cage o Michael Jackson, que duraron apenas unos meses.

-No sé. Todavía no he pensado en casarme.

-Al entrar, me han pedido que no le pregunte por su novio.

-En este momento no estoy saliendo con nadie.

-Tambiénque no pregunte sobre Cienciología.

(De nuevo interviene la publicista: «Riley, no contestes a eso»). Ella contesta: «Es una opción personal y no sabría explicarlo bien».