Jerez

Responsabilidad política y garantías jurídicas

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E l Ayuntamiento ha decidido esta semana aplazar la aprobación de la estructura de (180) altos cargos a la que ya dio el visto bueno el pasado mes de enero. Hasta ahí, perfecto. La decisión se adapta, en principio, al concepto que la mayoría de los mortales tenemos de la lógica. Lógica porque estaba mal hecha, porque suponía un agravio comparativo respecto a otros trabajadores municipales y, sobre todo, porque conculcaba varios principios constitucionales, y esto último no es que lo diga yo, sino que lo afirma la propia Junta de Andalucía. Pero hete aquí que las formas adoptadas en la toma de la decisión y su posterior explicación pública no son precisamente ejemplos ni de humildad ni de cómo deben hacerse las cosas.

Hay que tener muy presente, para empezar, que la Junta (del mismo color político que el Consistorio jerezano, para más inri) fue la que instó a que se anulase dicha estructura de mandos municipales. Daba para hacerlo un mes de plazo, que curiosamente venció el mismo día que el Ayuntamiento desaprobaba lo aprobado hacía poco más de dos meses. Aún así, el Gobierno local tuvo la osadía de vender la decisión como un acto de responsabilidad para lograr «mayores garantías jurídicas». Y aseguraba, encima, que no se trataba de ninguna rectificación. ¿A quién quiere engañar? ¿O es que pretende hacer creer a los jerezanos que la orden autonómica no ha tenido nada que ver? Hubiese sido mucho más honesto, además de un gesto de humildad, reconocer que se había equivocado y que por eso daba marcha atrás.

Sea como fuere, lo que resulta incuestionable, sean cuales sean las razones, se haya hecho por responsabilidad política o porque la Junta le llamó al orden, es que si se ha «desaprobado» la estructura de altos cargos es porque no estaba bien confeccionada, porque existían irregularidades y porque se habían conculcado principios constitucionales. Si no, de qué, porque en estos casos conviene tener memoria y recordar que el Gobierno local se ha desgañitado durante semanas defendiendo las excelencias, la legalidad y la ética de la misma. Ahora resulta que no debía de serlo. Por eso hubiese sido mucho más elegante reconocerlo y rectificar sin más.

Por cierto, hay quien ha querido ver en toda esta historia un indicio más de que se van producir importantes cambios en el Gobierno local dentro de muy poco. Se apunta, incluso, a que los mismos podrían llegar en pocos meses. Pero, de momento, no son más que rumores, y, tal como ya apuntaba la semana pasada quien suscribe, sólo el tiempo dirá si son ciertos o no.

De lo que no cabe la menor duda es que Pedro Pacheco volverá a ser uno de los grandes protagonistas la semana que viene. Está citado a declarar por la denuncia de Anticorrupción por posibles irregularidades en la contratación de dos asesores cuando estaba al frente del área de Urbanismo, en la que fue su última etapa en el Consistorio jerezano. Sabremos entonces si acaba tirando de la manta y si contraataca de nuevo poniendo en cuestión la lista de asesores de la alcaldesa.

También será protagonista el Xerez, independientemente del resultado que obtenga esta tarde en Elche. Seguirá teniendo el ascenso al alcance de la mano aunque pierda. La ilusión debería permanecer, por tanto, intacta y la ciudad continuar volcándose con un equipo que conviene tener muy presente que está realizando una temporada histórica. Sobre todo teniendo en cuenta todas las circunstancias e inconvenientes extradeportivos que le han acompañado. Unas circunstancias extradeportivas que, por cierto, se siguen produciendo, aunque no se publiciten precisamente por la buena marcha del equipo. Y quien quiera conocerlas, que no busque esta vez sólo dentro del club. Pero de todo eso habrá tiempo de hablar largo y tendido llegado el momento. Ah, y en este caso no son sólo meros rumores. Al tiempo.

Un apunte final sobre el Gran Premio. La decisión municipal de volver a abrir parcialmente el centro a las motos se ha demostrado acertada, independientemente de los pequeños incidentes que se hayan podido producir y de que la crisis económica haya estado muy presente. El dispositivo policial y de tráfico también merece ser aplaudida, porque controlar y gestionar todo lo que implica un evento de estas características no es ni mucho menos sencillo.

Mención especial merece la oferta de ocio paralela dispuesta con motivo de la celebración del Gran Premio. Lástima que en alunos casos no haya gozado del éxito de público que cabía espera y que se merecía. Fue el caso de las actuaciones (que no conciertos) de Sol Música el viernes por la noche en Ifeca. Merecía la pena aunque fuese sólo por ver a Junior Míguez sobre el escenario. Esquivó la obligación de tener que protagonizar una actuación enlatada y en playback con un dignísimo espectáculo de baile y demostraciones entre canción y canción de lo que es capaz de hacer sólo con su garganta, ofrecer completos ritmos musicales en los que los sonidos musicales salen de sus entrañas. Quizá sea cuestión de plantearse lo que quieren los moteros y los jerezanos durante estos días.