
Un aperitivo a dos ruedas
Los moteros se adueñan de los bares y terrazas de El Puerto para disfrutar de una misma jornada de diferentes formas en función del poder adquisitivo
| EL PUERTO Actualizado: GuardarEl Puerto se movió ayer al ritmo cadencioso de la motos y el ambiente que protagonizaban sus dueños que, a diferencia del día anterior, tomaron bares y restaurantes en un animado bullicio que se disparó, sobre todo, a la hora del aperitivo. Al mediodía era complicado encontrar un sitio en los aparcamientos habilitados para las motos y, a partir de la una y media, resultaba casi imposible conseguir un hueco en las terrazas de la localidad.
Personas de diferentes puntos de España abarrotaron las calles de la ciudad con la intención de disfrutar de la antesala del Gran Premio de Motociclismo de Jerez. Una diversión condicionada por el poder adquisitivo y la forma de entender las motos: desde aquellos dispuestos a gastarse unos 500 euros en apenas tres días, hasta los que buscan economizar al máximo. Diferentes maneras de esperar a que el espectáculo se traslade al circuito jerezano.
Unai Tellería viene desde Bilbao acompañado de unos nueve amigos. Todos ellos se alojan en un chalé de Valdelagrana y cuentan con entradas tanto para los entrenamientos como para la carrera. «Un buen pellizco de dinero que sacamos de otros vicios», reconoce.
Al igual que Unai, Matilde Velázquez ha alquilado una casa, aunque en su caso en Vistahermosa y «allí nos apañamos unos seis», dice. «Es un poco caro, pues nos sale por unos 700 euros, además de los gastos, que ya no sé el dinero que nos estamos dejando en estos días». Hasta 250 euros le cobraron a los miembros del Motor Club Los Beremberes por seis platos en Jerez. «Una burrada», asegura Daniel Martín, miembro del club. Aunque entre ellos «el gasto está repartido», dice este motero, que para ahorrar ha optado por montar una tienda de campaña a la intemperie al lado del Circuito.
Al aire libre estaban los miembros del Motos Club Caballeros Templarios. Juan José Peguero, de este grupo, afirma que lleva viniendo a la Motorada desde hace 12 años, y le ha llamado la atención el ambiente, «un poco flojo» este año.
Aunque para ahorrador, Emilio González, un sevillano que viene acompañado por cinco amigos que duermen en una furgoneta. «Así nos la apañamos», dice «incluso traemos comida de nuestras casas. Porque la crisis pasa factura y hay que gastar lo menos posible». Algo más cómoda viaja María Gutiérrez, que ha viajado desde Valencia en autocaravana alquilada para la ocasión: «Soy una gran fan de las motos y no me pierdo ninguna. Lo mejor de la provincia de Cádiz es su pescado frito y ahora nos vamos a comer a Sanlúcar y cenaremos aquí en El Puerto», aseguraba.