El presidente del PP, Mariano Rajoy. / EFE
ESPAÑA

IU y PSOE piden reabrir la investigación del espionaje

| COLPISA. MADRID MADRID Actualizado: Guardar
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Bastó con que Mariano Rajoy dejara caer de la lista europea a Gerardo Galeote para que los populares celebraran con alivio la decisión. Hasta el martes, los dirigentes del PP guardaban silencio o asumían como inevitable la presencia del eurodiputado en la candidatura pero cuando su jefe de filas decidió lo contrario todos se sumaron, entusiastas, a la iniciativa. «Son cosas de la política», se justificó uno de los miembros del comité electoral que respaldó, como el resto, la decisión del presidente del partido.

«Llevar a Galeote sería una bomba de relojería para la lista», declaró uno de los compañeros del eurodiputado en el Parlamento de Estrasburgo. De esta opinión participan otros dirigentes consultados, que también declararon haber recibido con satisfacción la noticia. Los miembros del comité electoral, tras escuchar a su presidente, respaldaron sin fisuras la decisión de Rajoy y analizaron las ventajas y desventajas de la presencia de Galeote en la candidatura. En las distintas intervenciones, los reunidos estuvieron de acuerdo en que Galeote no es un político muy conocido por el electorado español y, por lo tanto, su presencia en la lista no añade valor alguno para el partido ni en el ámbito local ni en el nacional. «¿Qué votos nos aporta?», se preguntaron y nadie le defendió.

Por el contrario, los autores de la lista electoral apuntaron los inconvenientes y riesgos que entrañaba incluir al veterano eurodiputado entre los candidatos para concluir que perjudicaría claramente el desarrollo de la campaña y daría bazas a sus adversarios socialistas. En la misma dirección se pronunció ayer, en declaraciones a TVE, el coordinador de la Presidencia del PP, Jorge Moragas, cuando asumió la doctrina oficial y celebró que el eurodiputado haya solicitado quedar fuera de la candidatura.

Miembros de la lista electoral confían en que la desaparición de Galeote del primer plano político les permita mantener bajo control la campaña. «La bronca Gürtel ya se acabó o, en todo caso, bajará mucho y ya no incidirá directamente en el debate electoral», comenta un candidato y confía en que los dardos del escándalo de corrupción vayan en otra dirección y afecten al tesorero o a los cargos valencianos.

Los populares consideran que la decisión de Rajoy de echar a Galeote de la lista «es el primer puñetazo sobre la mesa y la única resolución autónoma que ha tomado sobre el caso Gürtel y recuerdan que las dimisiones de los afectados en Madrid fueron adoptadas por el partido de Esperanza Aguirre. Asumen también que, a partir de ahora, la situación política del presidente valenciano, Francisco Camps, y los otros tres dirigentes de su partido afectados por el escándalo de los trajes es «mucho más comprometida». Los mismos dirigentes se preguntan por qué su presidente no tomó esta resolución mucho antes y los motivos por los que hizo ver a todos que no contemplaba tal posibilidad. «Quizás fuera porque aún no lo había decidido», aventura un eurodiputado.

Proceso empantanado

El proceso de elaboración de la candidatura europea resultó más complicado de lo que suele ser habitual, según sus autores, a causa de las presiones que recibieron de los distintos barones autonómicos. La dirección del partido no había preparado la lista, como es costumbre, a expensas de que el comité electoral cerrara los últimos flecos, sino que Rajoy sólo aportó nombres y criterios para que se excluyera a Galeote y Luis Herrero, se conservara el grueso del grupo parlamentario actual, se incluyeran las mujeres necesarias para cumplir con la Ley de Igualdad y se aplicara un reparto territorial. Éste último mandato resultó fatal porque la lucha fue encarnizada durante toda la tarde en que la pugna de unos y otros tuvo que ser zanjada por la cúpula nacional para que se pudieran concluir los trabajos bien entrada la noche.

Todas las fuentes consultadas aseguran que Jaime Mayor Oreja no participó ni influyó nada en la elección de sus compañeros de viaje; que el presidente regional que se mostró más insistente fue el asturiano Ovidio Sánchez aunque sus gestiones no fueron coronadas por el éxito; que la sorpresiva presencia de la presidenta balear, Rosa Estarás, entre las virtuales eurodiputadas obedece a la necesidad de propiciar una sucesión ordenada de la organización en las islas y que la situación de Navarra fue la que retrasó todo el proceso, que quedó empantanado a las siete de la tarde, cuando los miembros del comité electoral tuvieron que interrumpir la reunión para acudir al Congreso.

«Jamás en la vida de este partido he visto una cosa semejante», declaraba ayer un veterano dirigente territorial que siguió los avatares de la confección de la lista europea. Otras fuentes aseguran que la secretaria general, Dolores Cospedal, todavía hacía averiguaciones sobre los posibles candidatos para cubrir el cupo navarro cuando el comité electoral ya llevaba más de cuatro horas de reunión.

Resulta llamativa la debilidad orgánica de Esperanza Aguirre que pone de manifiesto la candidatura europea. La presidenta madrileña sólo logró situar en el número 23 a su consejero de Cultura, Santiago Fisas, que acude a las elecciones en el puesto fronterizo puesto que el PP cifra en 23 escaños el mejor resultado de los posibles. En todo caso, no le falta razón a los colaboradores de Aguirre que recuerdan que Jaime Mayor es un político de su cuerda.

Izquierda Unida y PSOE solicitaron ayer la reapertura de la comisión de investigación sobre el espionaje a políticos, que se abrió y se cerró en febrero en la Asamblea de Madrid. Unas nuevas imágenes del vicepresidente autonómico, Ignacio González, en su viaje a Cartagena de Indias llevaron a la oposición a reclamar la recuperación de los trabajos parlamentarios para determinar si el número dos del gobierno de Esperanza Aguirre fue objeto de algún seguimiento.

Aguirre anunció, por su parte, la eliminación de la consejería de Cultura, Deportes y Turismo, que ocupaba Santiago Fisas, que había asumido la cartera de Deportes cuando dimitió su anterior titular, Alberto López Viejo, afectado por el caso Gürtel.