Economia

La recesión más grave en 40 años

La caída anual del Producto Interior Bruto fue del 2,9% en el primer trimestre, como consecuencia del mayor deterioro del consumo y de la inversión

| COLPISA. MADRID CORRESPONSAL. BRUSELAS Actualizado: Guardar
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La recesión se agrava con mayor celeridad de lo previsto. El Banco de España estima que el Producto Interior Bruto registró una caída anual del 2,9% en el primer trimestre -la más profunda desde 1970- y, además, calcula que en ese periodo se produjo un desplome del 1,8% respecto a los meses finales de 2008, cuando la crisis ya se dejaba sentir con fuerte intensidad. El instituto emisor había anticipado que la economía sufrirá una contracción del 3% en medio de este año, pero el arranque no puede ser más negativo.

Entre enero y marzo la demanda nacional habría caído nada menos que el 4,9%. Detrás de este hundimiento está la debilidad del consumo de los hogares, que cedió el 3,3% en tasa anual, una proporción que no está plenamente justificada por el descenso de la renta disponible. Las familias han visto mermados sus ingresos, pero también su confianza por la fuerte destrucción del empleo, y apenas influye en ellas, por el momento, el descenso de la inflación o el recorte de los tipos de interés.

Cotizaciones bursátiles

Explica el Banco de España que en la contención del gasto doméstico inciden, además, la abultada caída de las cotizaciones bursátiles en la recta final de 2008 y el inicio de este año, así como el descenso del precio de la vivienda en un 6,8% anual -que reduce la riqueza de los propietarios- y el endurecimiento de la financiación, porque las entidades de crédito no han relajado los criterios de concesión de préstamos. En contrapartida, el instituto emisor piensa que el endeudamiento de las familias se frena y que el ahorro doméstico, que ya alcanzó una tasa del 13% de la renta disponible el pasado año, ha seguido al alza.

Tampoco levanta cabeza la inversión, el otro gran componente de la demanda interna. La destinada a la construcción sigue retrocediendo, según muestran los indicadores del sector -consumo de cemento, producción de otros materiales-, afectada por las expectativas de depreciación de los inmuebles, y la dedicada a bienes de equipo muestra una evolución cada vez más negativa, con desplome adicional del 20%. El escenario económico de larga recesión, y las dificultades para obtener financiación colapsan los proyectos empresariales. El Banco de España no vacila al reconocer que las pymes lo tienen más difícil para captar financiación y apunta, como única luz, que los trabajos ejecutados con recursos del Fondo de Financiación Local podrían contribuir a dar un impulso a la inversión a partir del mes de abril.

La crisis generalizada produce igualmente efectos negativos en el sector exterior. Con todo, la demanda externa neta habría aportado 2,2 puntos porcentuales al crecimiento. Los datos avanzados revelan un descenso de las compras al resto del mundo -por la evolución negativa del consumo de los hogares y de la inversión en equipo- mientras que el frenazo de las exportaciones es el reflejo de la contracción del comercio mundial. Y es que la depresión económica se extiende desde las economías avanzadas -nuestros principales clientes- a los países emergentes. No hay sectores a salvo, porque los datos del sector turismo relevan una trayectoria negativa, y actividades de comunicaciones, transporte y financieras también muestran notables descensos.

Todas las ramas de la producción se resienten. Las de la construcción y la industria han empeorado la ya negativa trayectoria de los últimos meses del pasado año, y el conjunto de los servicios -hasta ahora a salvo de la recesión- empieza a dar muestras de estancamiento, como consecuencia de la caída de los destinados al mercado.

Sin margen de maniobra

El informe del Banco de España constata cierta moderación en los costes laborales, pero sus autores creen que las alzas salariales acordadas en la negociación colectiva (2,7% hasta marzo, frente al 3,6% del año anterior) «continúan siendo elevadas ante la acusada debilidad del mercado de trabajo». Reconocen, no obstante, el elemento de contención que supone el hecho de que las cláusulas de salvaguardia no tengan efecto este año.

Para el instituto emisor, la fuerte desaceleración de los precios y las tasas negativas de inflación que ya se están registrando no van a conducir ni a una situación de caídas generalizadas ni significan que España vaya a adentrarse en una espiral deflacionista. Por el contrario, los autores del análisis celebran el diferencial negativo que se está produciendo con la Unión Europea por cuanto implica cierta «ventaja competitiva» que habría que preservar mediante reformas que incrementen la competencia en algunos mercados.

Finalmente, el Banco de España, que ya ha anticipado una escalada del déficit y de la deuda pública este año y el próximo, recuerda al Gobierno «el escaso margen de maniobra (de que dispone) para seguir utilizando la política presupuestaria como instrumento para impulsar la demanda» y el crecimiento económico.

El presidente del Gobierno, que negó durante meses la existencia de la crisis, consideraba ayer, cuando se conocían algunas de sus peores manifestaciones, que podríamos estar empezando a ver la salida del túnel.

De visita en Bruselas para cambiar impresiones con el Ejecutivo comunitario sobre la futura presidencia española de la UE, Zapatero se encontró con los datos del crecimiento que el Banco de España acababa de hacer públicos. Su reacción fue enmarcarlos con otras referencias más positivas. «Probablemente, lo peor ha pasado ya, aunque estemos todavía lejos de una situación favorable», afirmó.

Zapatero reconoció que la caída de un 1,8% del PIB durante un solo trimestre «es la más fuerte desde la década de los 70». «Es evidente que el primer trimestre ha sido muy negativo para el crecimiento», prosiguió, recordando, a continuación, que la crisis es la peor desde la Segunda Guerra Mundial.

Aunque los peores momentos podrían ya estar detrás, según Zapatero, «aún nos queda por delante un camino difícil y duro».

Dijo apoyar las iniciativas contra la crisis económica adoptadas por las instituciones comunitarias y por los Estados miembros, y se declaró convencido de que «irán dando sus frutos». En su encuentro con el Colegio de comisarios, Zapatero expuso las prioridades de la presidencia española de la UE, durante el primer semestre de 2010. Será esta una presidencia centrada en la recuperación económica, en el impulso de los derechos de ciudadanía y sociales de la UE y en el refuerzo del papel de Europa en el mundo.