Lo que le queda
Actualizado: GuardarSi no lo hicieron ayer, posiblemente esta noche le pongan por delante el contrato para que lo firme. Si es como en años anteriores, el documento constará de un montón de papeles que incluirán un sinfín de cláusulas. No sé si los concursantes podrán esta vez preguntar las dudas que les puedan surgir sobre las mismas a alguien que no sea el representante de la productora que se los entregue. Tampoco si éste responderá, ni si esta vez les dará una copia del documento. En esa situación, a pocas horas de comenzar el programa y tocando con la punta de los dedos el sueño de participar en él, supongo que poco importa. Muchos que lo han vivido en el pasado reconocen que hubiesen sido capaces de firmar incluso su sentencia de muerte en ese momento.
El jerezano Pedro Moreno, con 20 años, comenzará a vivir en pocas horas uno de sus grandes sueños: participar en el concurso televisivo Operación Triunfo. Está entre los 18 elegidos para optar a una de las 16 plazas definitivas que se decidirán mañana en la denominada Gala 0, aunque parece que no tiene demasiado de qué preocuparse, porque al menos en internet ya figura entre los grandes favoritos.
Captará la atención de focos y cámaras durante el tiempo que permanezca en él. Su ilusión irá engordando progresivamente. Como su sueño de ser un artista reconocido y poder ganarse la vida cantando más cerca que nunca. Muchos le adularán y adorarán durante todo ese tiempo. Familiares y amigos también lo vivirán intensamente. Seguramente se volcarán con él. Le buscarán apoyos y mandarán un buen puñado de mensajes (SMS) para que no le expulsen o para que sea el favorito de la semana. Quién sabe si también surge un movimiento popular de apoyo en la ciudad, como ocurrió antaño en otras con más de un triunfito.
Pero todo pasará. Operación Triunfo acabará. Puede que, con suerte, y si el programa resulta un éxito de audiencia, después participe con varios de sus compañeros en una gira veraniega de conciertos. ¿Y entonces qué? Las luces se apagarán y focos y cámaras apuntarán a otro lado buscando otro muñeco roto que iluminar temporalmente. Probablemente, Pedro tendrá bajar de la falsa escalera que aparentemente le aupaba al cielo y afrontar el difícil reto de asumir una realidad muy distinta. Aunque ojalá me equivoque.