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Correa reescribe la historia de Ecuador
El mandatario consigue ser reelegido como jefe de Estado en primera vuelta electoral y rechaza cualquier diálogo con sus más directos rivales
Actualizado: GuardarEl presidente ecuatoriano, Rafael Correa, saltó de alegría y giró sobre sí mismo al grito de «en una sola vuelta» en cuanto los sondeos apuntaron a que había logrado la reelección en la primera ronda de las elecciones celebradas el domingo. Ayer, los resultados oficiales confirmaron que el mandatario de izquierdas ha hecho historia en un país donde en los últimos diez años ninguno de sus gobernantes acabó el mandato inicial.
Cuando el Consejo Nacional Electoral llevaba contabilizados el 70,26% de los votos, Correa sumaba el 51,7% (2.530.823 votos), seguido con el 28% (1.369.124) por el coronel Lucio Gutiérrez, del partido Sociedad Patriótica, y por el multimillonario empresario bananero Álvaro Noboa, de Renovación Institucional Acción Nacional, con el 11,62% (567.644).
La formación de Correa, Alianza País, se ha hecho además con 61 de los 124 escaños de la Asamblea Nacional. Y puede lograr la mayoría absoluta cuando se contabilicen los sufragios de los tres millones de ecuatorianos residentes en el extranjero, a quienes les corresponden seis legisladores.
Con estas rotundas bazas se puede explicar la claridad con que el reelecto gobernante rechaza cualquier diálogo con sus rivales. «Las puertas están abiertas para los señores Jaime Nebot y Jimmy Jairala (candidatos que quedaron muy atrás). Pero Lucio Gutiérrez, ¿qué ideología tiene? Cómo se habla con un hombre así o con un (Álvaro) Noboa». «Traicionaría a mi conciencia y a mis electores -continuó Correa- si de repente trato de llegar a un acuerdo con esta gente (Gutiérrez y Noboa) que juega con la miseria de nuestros pueblos, que sólo ha hecho daño al país». Pero también dejó abierta una rendija: «Esa concertación impone excepciones por ética, por principios, por el bien de la patria».
El vencedor condicionó el dialogo con Nebot, reelegido alcalde de Guayaquil, a que asuma que sólo ha sido elegido para ese cometido. «Siempre hemos estado dispuestos a la concertación, siempre y cuando sea en función de ayudar a cumplir con las labores de la alcaldía y de la prefectura. Si se desubican y van más allá de esos roles para los que les eligió el pueblo ecuatoriano, tendrán la respuesta», agregó.
Correa, de 47 años y educado en EE UU y Europa, agradeció a Dios y a su familia estar donde está. Al celebrar su victoria dijo que en «estos tres años, quien más ha sufrido es la familia y sin su apoyo yo no sería absolutamente nada». Y admitió que «soy impaciente, 'fosforito' y no he negado mi carácter».
Falla la hermana
Por su parte, Pierina Correa, la hermana del presidente electo, no acaba de creerse que su estado natal le haya podido dar la espalda. Aspiraba a ser la próxima gobernadora de Guayas, donde se sitúa Guayaquil, la ciudad más poblada del Ecuador, por el oficialista Alianza País. A falta de datos oficiales, todo apunta al triunfo de Jimmy Jairala. Sólo un sondeo hablaba de empate técnico. Y Pierina ha optado por agarrarse a esa esperanza.
La hermana del presidente dijo que está confiada, porque tenían datos «de que la tendencia favorece a la 'revolución ciudadana». Y agregó que lo importante es «respetar la voluntad del pueblo'» y que si Jairala gana «seré la primera en felicitarle».
Pierina tiene 46 años y es la segunda de cuatro hermanos. Fue jugadora profesional de voleibol y tiene pasión por la música, arte que ha inculcado a su dos hijos. Incluso llegó a grabar un disco de villancicos. Logró ser la mejor becaria de la Facultad de Arquitectura en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil. Se define como «fuerte y sensible».
No fue este el único revés para Correa. Su candidato para la alcaldía de Guayaquil también fue derrotado. A partir de ahora la oposición dirigirá la principal ciudad del país, la de mayores ingresos, donde está el puerto comercial más grande y se ubican las industrias.