
Las policías de España y Francia actuarán contra el terrorismo como un solo cuerpo
Zapatero y Sarkozy firman hoy un acuerdo que permite incorporar a agentes de información españoles en las unidades galas y viceversa
| COLPISA. MADRID Actualizado: GuardarNo se trata ya de compartir información para combatir el crimen, sino de obtenerla de forma conjunta. José Luis Rodríguez Zapatero y Nicolas Sarkozy suscribirán hoy un acuerdo que supone un salto cualitativo en la lucha de España y Francia contra todo tipo de terrorismo. Si las fronteras han dejado de ser un problema para los agentes de un lado y otro, ahora miembros de los servicios de información españoles y galos se empotrarán en unidades del país contrario para «facilitar y ampliar los intercambios de datos».
La coordinación de fuerzas de seguridad nunca ha sido sencilla, ni siquiera dentro de un mismo país. Todos los ministros del Interior han sufrido las consecuencias de esa sana rivalidad que enfrenta a Guardia Civil y Policía Nacional. Por eso, el Gobierno considera esta declaración sobre seguridad interior de suma importancia. Si la letra se cumple, será como si España y Francia dispusieran de un cuerpo policial único a determinados efectos. Es decir, si Francia se hiciera con material informático en el transcurso de una operación contra ETA o contra el terrorismo 'yihadista', facilitará «copias de los dispositivos intervenidos» a España, y viceversa.
Es el aspecto más relevante del documento de dos páginas sobre el que han estado trabajando en los últimos días Alfredo Pérez Rubalcaba y su homóloga, Michelle Marie-Alliot, y marca una diferencia importante con el modo en el que se actúa ahora, porque lo habitual es que se compartan informes en las que se detalla qué se ha encontrado, pero no que se dé acceso de primera mano al contenido de un ordenador interceptado a un terrorista.
España y Francia también extenderán su colaboración policial a la lucha contra el tráfico de drogas y reforzarán los acuerdos frente a la inmigración irregular. Rodríguez Zapatero y Sarkozy tuvieron claro desde un primer momento que éste iba a ser el centro de la XXI cumbre hispano-francesa que se celebra hoy. Pérez Rubalcaba y Marie-Alliot comieron ayer junto a los ministros de Exteriores español y galo, Miguel Ángel Moratinos y Bernard Kouchner, en una de las sedes de la diplomacia española, el Palacio de Viana, y hoy se incorporarán a la entrevista bilateral que mantendrán en La Moncloa el jefe del Ejecutivo y el presidente francés, entregado durante toda la jornada de ayer a los actos protocolarios con los que se recibe a los jefes de Estado.
Su esposa, la ex modelo y cantante Carla Bruni, acaparó casi tanto protagonismo como él. Ambos fueron recibidos en Barajas por Moratinos y después se desplazaron al Palacio de El Pardo, donde les esperaban los Reyes. El matrimonio tuvo un almuerzo privado con los monarcas y visitó el Museo del Prado. Sarkozy se escapó después a encontrarse con el líder de la oposición, Mariano Rajoy, y tras una recepción en la embajada francesa se puso de gala para la cena el Palacio Real, con más invitados que nunca.
Pocos jefes de Estado extranjeros han gozado de tanta atención en su primer viaje oficial a España. Y no porque quepa esperar un antes y un después de esta visita en las relaciones bilaterales con Francia, sino porque tanto el presidente francés como su mujer poseen un atractivo mediático fuera de lo habitual que no dudan en explotar. Más allá de las fotos, la cumbre hispano-francesa que se celebra hoy servirá para sellar la voluntad de entendimiento entre dos dirigentes de ideologías opuestas -la UMP, el partido del mandatario galo, es formación hermana del PP-, pero con una concepción similar de la política.
Discrepancias
Sarkozy y Rodríguez Zapatero discrepan en cuestiones muy relevantes. El francés lleva años negándose al ingreso de Turquía en la Unión Europea y el jefe del Ejecutivo español, en cambio, lo defiende a capa y espada cada vez que tiene ocasión.
Tampoco coinciden en el trato que merece Kosovo, la provincia serbia que declaró unilateralmente su independencia en febrero de 2008: España no la reconoce como Estado, Francia sí.
Ni uno ni otro han dudado en utilizar las miserias económicas del país vecino para sacar pecho ante los suyos. Si el presidente del Gobierno aseguró hace poco más de un año que España estaba en condiciones de superar a Francia en 'renta per capita', el mandatario galo recuerda que España pierde empleo a chorros por no haber realizado reformas estructurales que Francia acometió cuando debía.
Con todo, el presidente galo ha tenido varios gestos de amistad hacia el secretario general del PSOE. Fue él, por ejemplo, quien le puso una silla en la reunión del G-20 en Washington, un hito que el Ejecutivo socialista presenta como su mayor logro en política exterior.