ASÍ LO VEO

¿Por qué irrita tanto lo obvio?

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El gravísimo deterioro económico y la imparable destrucción de empleo, hacen presagiar el déficit en las cuentas de la Seguridad Social, si no este año el que viene con toda clarividencia. El Gobernador del Banco de España fue convocado, no acudió a petición propia, por el Congreso de los Diputados para su comparecencia en la Comisión no permanente del Pacto de Toledo. El Banco de España es una institución independiente del Gobierno y el Gobernador cumple con una de sus funciones fundamentales para el interés público, consistente en el análisis de todos aquellos elementos y circunstancias que de forma directa o indirecta puedan influir en la marcha de la economía y como consecuencia de ello, advertir de los peligros que se ciernen sobre la misma. Callarse, que es lo que pretenden gobierno y sindicatos, sería una irresponsabilidad.

ZP y sus delirios keynesianos, con ellos si que hay que tener mucho cuidado, tacha de muy superficiales el diagnóstico esgrimido por MAFO en relación con las pensiones. Éste, dispone del mejor Servicio de Estudios Económicos del país, por lo que difícilmente sus predicciones pueden ser erróneas. Cumplió con sus advertencias las obligaciones que le impone su cargo. En su comparecencia vino a decir que la situación real de la Seguridad Social no es la de los últimos años, para ser exactos desde el año 1997, cuando se promulga la Ley de separación de las fuentes de financiación del sistema, que crea el Fondo de Reservas o de Nivelación. El deterioro de la situación económica, que arrastra la del empleo, ha supuesto un punto de inflexión que indica el desajuste y desequilibrio en los presupuestos de la Seguridad Social. Los cambios deben acometerse con cierta rapidez, ya que materia tan sensible, requiere tiempo suficiente de maduración. Pero, las pretendidas reformas del sistema de Seguridad Social no deben quedarse en un hecho aislado. Sanear el sistema y seguir haciéndolo sostenible exige la mejora de las bases económicas y del modelo productivo, o lo que es lo mismo, empresas más competitivas, mano de obra más productiva y eficiente, lo que inexorablemente será fuente natural de creación de empleo. Esas son las únicas recetas que garantizarán en el futuro nuestro sistema de pensiones.

Ni tiene sentido, ni está justificado el cabreo cogido por el ministro de Trabajo y los sindicatos. Aquel fue sensato en sus planteamientos hasta que le cortaron las alas cuando se posicionó con evidente acierto con el problema de la inmigración. Desde entonces no da una derecha. En enero afirmó categóricamente que no se sobrepasaría de ninguna forma la cifra de cuatro millones de desempleados. Nos tachó de agoreros a los que exteriorizamos la crisis y sus perniciosos y letales efectos sobre la economía española. Pues, a las pruebas me remito. A los otros, los que conforman la clac del presidente del gobierno, absolutamente comprensivos con el poder, que hasta el rojo de sus banderas comienzan a desteñirse en un preocupante color amarillento, quizás efecto del polen, tan consustancial con la estación primaveral, o a lo mejor no tanto, simplemente efecto último de las cuantiosas transferencias y subvenciones públicas, incrementadas en los dos últimos años en un 50%.

Señor gobernador, le han llamado «apóstol de la catástrofe, locuaz, vanidoso.y fanático ideológico», pero en este caso y algunos más, desgraciadamente sólo desde fechas recientes, está usted cumpliendo con su obligación y asumiendo la responsabilidad que conlleva su cargo. Ni más, ni menos.