Desafío pirata
Actualizado: GuardarEl asalto frustrado de un grupo de piratas al crucero italiano MSC Melody en aguas próximas a las islas Seychelles no es el primero que intentan los corsarios somalíes contra barcos de viajeros, pero sí simboliza su determinación de proseguir con esta actividad delictiva a través de los resquicios que deje la protección internacional. El hecho de que el transatlántico haya tenido que ser custodiado por un buque de guerra español constituye una advertencia de hasta dónde están dispuestos a llegar los atacantes. Las potencias han de dedicar todos sus esfuerzos a refrenar los secuestros y demostrar que es la ley la que rige un océano vital para el comercio. La dotación compartida de 180 millones de euros para pacificar Somalia avanza en el objetivo de rescatar al país de la guerra y las mafias. Pero la tardanza en ese compromiso hace que lo urgente sea devolver la legalidad a alta mar.