La monotonía atenaza al SPD
A sólo cinco meses para las elecciones, la falta de carisma del líder socialdemócrata, Frank-Walter Steinmeier, lastra sus opciones de derrotar a Angela Merkel
| CORRESPONSAL. BERLÍNActualizado:Cuando Franz Müntefering fue elegido, por segunda vez, jefe del Partido Socialdemócrata alemán en el otoño pasado, el político de 69 años se propuso una tarea descomunal que debía ayudarle a diseñar el programa electoral con el que pretende derrotar a Merkel: descubrir el estado de ánimo que reinaba en las bases de su formación. Durante meses, Müntefering viajó a lo largo y ancho del país para hablar con la gente en pequeña salas, pero también para escuchar sus preocupaciones. Al comienzo de su peregrinaje, buscaba asegurar la solidez interna del partido, pero de pronto llegó la crisis y constató que mucha gente ajena a la formación tenía interés en hablar con él.
«Los ciudadanos están preocupados por su dinero y sus puestos de trabajo. Buscan respuestas», resumió el político cuando comenzó a descubrir las huellas que está dejando la crisis en la sociedad germana. El resultado de sus conversaciones quedó plasmado en un documento que fue dado a conocer el domingo pasado por el candidato del SPD, Frank-Walter Steinmeier, en un gran mitin en Berlín. «¡Quiero ser canciller!», proclamó ante tres mil invitados al presentar las líneas maestras de su propuesta para alcanzar el poder. «Quien tiene el mejor programa y quiere llevar adelante la mejor política, debe gobernar», subrayó.
Aún es pronto para concluir que el programa del SPD es el mejor, pero el documento dejó al desnudo una nueva estrategia que pretende desmarcarse totalmente de la política que impulsó el ex canciller Gerhard Schröder y darle al partido un marcado giro a la izquierda. La formación socialdemócrata promete un alivio fiscal para las personas con menores ingresos con un descenso del tipo mínimo del actual 14% a un 10 % y un aumento del máximo del 45 al 47%. También desea aumentar las exenciones por hijo a las familias, crear una prima de 300 euros (600 para los casados) para los contribuyentes que no estén obligados a hacer su declaración de renta e introducir el salario mínimo a nivel nacional.
Economía social
En el delicado tema de la energía, el SPD desea reducir la dependencia del petróleo, conseguir la autosuficiencia de fuentes renovables para 2030 y cerrar el capítulo de las centrales nucleares en 2021. El SPD también pretende sacar provecho de la crisis y propone combatir las especulaciones en Bolsa y recuperar los principios de la economía social de mercado.
A pesar del éxito mediático que tuvo la puesta de largo del SPD -una encuesta de la cadena pública de televisión ARD reveló que un 59% está a favor de incrementar el impuesto a los ricos-, los socialdemócratas tuvieron que hacer frente a dos dudas existenciales que hacen temer por el éxito de la estrategia de Müntefering. Ante todo, Steinmeier debe demostrar si es capaz de transmitir el mensaje de su partido con la pasión necesaria y convertirse en un verdadero tribuno ganador de elecciones, una experiencia vital de la que carece.
«Steinmeier es un excelente funcionario y un gran ministro de Asuntos Exteriores, pero no tiene la garra ni el carisma que tenía Schröder», dijo un alto funcionario del ministerio al destacar al flanco débil del candidato. Pero también es cierto que Merkel nunca ha logrado encandilar a sus seguidores. Aunque el SPD goza del raro privilegio de ofrecer una imagen de unidad interna, Steinmeier sabe que su designación como candidato fue recibida con escepticismo, incluso criticada, por algunos líderes del partido. Muchos de sus compañeros no olvidan que hizo carrera gracias a Schröder y que fue el arquitecto de la odiada Agenda 2010, la ambiciosa reforma que acabó con la carrera del ex canciller.
Dudas internas
Aunque nadie pone en duda las cualidades de Steinmeier como ministro de Exteriores, muchos militantes aún tienen dudas sobre su compromiso en el terreno de la política social y le siguen reprochando su frialdad al imponer la Agenda 2010. Este aspecto marcó su discurso en Berlín, cuando intentó convencer a las bases de que había llegado la hora de volver a abanderar la justicia social.
Durante su alocución, Steinmeier condenó el capitalismo global, se mostró a favor de un estado fuerte y pronunció frases contundentes. «No puede ser que un ejecutivo bancario gane más que 500 enfermeras», clamó sin la fuerza suficiente para encender a sus seguidores. «Algunos oyentes abandonaron la sala antes de que finalizara su discurso, porque simplemente se aburrían», anotó el periódico 'die Zeit'. «Es poco probable que Steinmeier provoque un cambio a favor de su partido, ni mucho menos que desate una euforia al estilo Schröder o Obama», concluyó el diario. Aún faltan cinco meses para las elecciones, pero los sondeos dan una clara ventaja a Merkel y sus aliados con un 35-37%. El SPD tiene una intención de voto que oscila entre el 22 y el 24%.