Angustia en El Cairo
Una universitaria jerezana de viaje de fin de curso en Egipto sufre las consecuencias de la psicosis por la gripe porcina tras el fallecimiento de un miembro de su grupo
| JEREZ Actualizado: GuardarEl viaje de fin de curso que la estudiante jerezana Emma R. A. realizaba estos días por Egipto junto a algunos de sus compañeros de la Facultad de Historia de la Universidad de Sevilla pasó de ser una grata experiencia a convertirse en una pesadilla el pasado sábado día 25 cuando uno de los componentes de la expedición, el marido de una de las alumnas, falleció en El Cairo.
En ese momento, la tragedia por la muerte de este hombre que rondaba la cincuentena se sumó a la falta de información oficial a los familiares y a la psicosis desatada en todos los rincones del mundo por la epidemia de gripe porcina.
Los familiares de Emma recibieron el domingo muy temprano la llamada en la que la estudiante les alertaba de que uno de los miembros del grupo, formado por más de 30 personas, había empezado a sentirse indispuesto, con un cuadro de diarreas y vómitos, y que ante el agravamiento de su estado tuvo que ser trasladado a un hospital de la capital egipcia, en el que finalmente falleció de una parada cardiorespiratoria.
Este trágico acontecimiento provocó también el lógico trastoque de los planes de regreso de la expedición, que debía haber partido ayer desde El Cairo pero que desde el sábado no tuvo información concreta por parte de las autoridades de cuándo tendría lugar el viaje.
«A los integrantes del grupo les dijeron que no podían asegurarles cuándo volverían, e incluso les emplazaron a que no abandonaran el hotel hasta que les dieran el aviso», explicaron ayer a este medio los familiares de Emma.
Y aunque la Embajada española en El Cairo se puso enseguida a trabajar en los trámites, lo cierto es que las familias de los estudiantes no recibieron ninguna información concreta hasta bien entrada la tarde de ayer. Eso hizo que se dispararan los rumores y que la preocupación fuera aumentando a medida que pasaban las horas.
«Unos decían que había más estudiantes indispuestos con vómitos y demás síntomas, otros aseguraban que este tipo de cosas ocurren cuando se viaja fuera, pero también es cierto que muchos hablaban de la gripe porcina, de las medidas sanitarias de control, de las cuarentenas, y empezamos a ponernos nerviosos», narraban los familiares, a los que nadie les dio noticias sobre lo que ocurría ni desde el Ministerio de Asuntos Exteriores ni desde la Embajada en El Cairo.
Sin embargo, en ninguno de los casos se trataba de un proceso grave, pese a que ese cuadro clínico se complicó en el caso del compañero fallecido y le provocó la muerte. Así, una vez culminado el papeleo, las autoridades anunciaron a los estudiantes que iban a poder viajar a España -llegarán hoy mismo-, aunque la viuda y el cuerpo de su marido tardarán aún otro día en volver.
Desde la Universidad de Sevilla, un representante dejaba claro ayer que el viaje no lo organiza esta institución, pero que pese a todo se ponía a disposición de los alumnos toda la asistencia psicológica o económica necesaria.