Del blog al plato
Actualizado: GuardarLa revolución de las bitácoras personales no pasó por alto el mundo de la gastronomía. En una cifra discreta, algunos cocineros e incluso buenos aficionados o comensales han volcado en internet su buen hacer o lugares preferidos. Algunos de ellos, en paralelo a la publicación de sus libros. Dos formatos que conllevan diferencias, ya que el acceso a los blogs es directo, gratuito, y pone a disposición del usuario unas recetas que, en muchos casos, llevan detrás grandes dosis de esfuerzo creativo y de experimentación. Tanto en los recetarios como en los blogs, éstas se muestran tal cual, sin ningún velo, y a disposición de todos. La receta, como pasa con la pintura, es un gremio sin copyright.
Uno de los más activos blogueros de la gastronomía española es Abraham García. En su Cocinando Palabras cuelga entradas con títulos como Tocando los huevos, en el que alude al arte de Velázquez en Vieja friendo huevos. También David de Jorge, con su Atracón a mano armada, Santi Santamaría o Jesús Sánchez gestionan y actualizan sus blogs, algo que Arola optó por declinar «para no someterse a la obligación de subir contenidos diariamente». Una obligación o dependencia que, según las conclusiones en un debate la presencia de los restaurantes en internet, puede aumentar las reservas en un 30% o 40%. Eso sí, una página web mal diseñada o un blog abandonado pueden provocar el efecto contrario. Otros cocineros consagrados, como Berasategui, Subijana o Arzak han preferido mantenerse al margen de esta corriente.